Lo más fácil sería escribir sobre un nuevo título del CN Atlètic Barceloneta, merecido y meritorio, pero de esta XXXIX edición de la Copa del Rey de waterpolo, el éxito ha sido también del club marinero, pero por la organización del mismo de la competición, dándole un contexto, un envoltorio de, si se me permite el símil, de competición americana. Desde el momento del sorteo, el reto del club marinero ha sido vestir con las mejores galas posibles la competición más mediática de nuestro deporte. Los primeros sorprendidos fueron los tiburones del acuario barcelonés, quizás recordando que sus antecesores tuvieron su sede en donde está ubicada la piscina Sant Sebastià, pero no fueron los únicos, todos los detalles fueron cuidados meticulosamente para tener el mejor escenario posible y lo lograron con nota. Por primera vez se cobraron las entradas a un precio razonable, pero al que nuestro publico está poco acostumbrado, se creo una zona fan, ser realizaron saques de honor con personalidades de nuestro deporte o ligados a él, los juegos de luces, las actuaciones de la selección nacional de natación artística en las medias partes, los músicos en la grada. ¿Se puede pedir más?
En lo deportivo, el espectáculo no ha defraudado. Pese a la sensación de cierto sopor que puede dar que siempre gane el mismo, es incierto totalmente, la mejor prueba es como viven los títulos los jugadores del “bacallà sec, sec”. Ellos saben lo que les cuesta, que nadie se lo regala y que no pueden aflojar, que los rivales esperan su momento de debilidad para sorprenderles. Enhorabuena pues al club de Julián García, con un equipo renovado y lleno de fututo. El CN Sabadell, el equipo con el peor papel, el de candidato eterno, no desfallece nunca, sabe lo difícil que es su reto, pero tiene la virtud de la valentía, de salir a ganar, convencido de que algún día puede hacerlo y no desaprovechar si es este. Similar el rol del CN Barcelona, que, pese a ver como sus mejores valores van emigrando al club vecino, no renuncia a jugar para ganar siempre, quizás es el ADN del club decano que le obliga a ello y lo hace con desparpajo, poniendo las cosas difíciles a cualquiera que sea su rival. Gran trabajo el de Andrey Josep. En la otra semifinal, pese al resultado, la anotación goleadora del CN Mataró ante el que seria campeón, hace pensar en la confirmación de una muy buena temporada del equipo de Víctor González, también un notable para los del Maresme.
De los cuatro cuarto finalistas, el CE Mediterrani, en el momento del sorteo supo que le toco la gorda. Jugar contra el campeón, en su casa y con un titulo en juego era sinónimo de ser arrollado, siendo su premio la presencia entre los clasificados . El CN Sant Andreu, con un cesto más resistente que sus mimbres individuales, sabia que era un honor estar entre los ocho equipos coperos, similar al CW Tenerife Echeide, que pese a jugar a un buen nivel, tenía todos los números para dejar la competición en la primera jornada. El CN Terrassa de Dídac Cobacho, jugó sus bazas en el derbi comarcal, contra el CN Sabadell, ante el que no perdió la cara para acabar cayendo de manera ajustada. El MVP ha sido designado Bernat Sanahuja, con su extraordinario lanzamiento, justa elección en el marco de una competición en la que se ha demostrado un gran nivel por parte de las que hasta antes de los JJOO de París eran promesas y que han demostrado ser realidades que van a poner difícil el trabajo de elegir a David Martín.