Xenia Sánchez se aleja para volver a ilusionarse

En el ADN de Xenia Sánchez, el waterpolo tiene una destacada presencia desde que comenzara a los nueve años en el CDW Málaga. «Para mi siempre he resumido el waterpolo como mi vida, todo lo que tengo a día de hoy, lo que he podido estudiar, donde vivo, la gente que me rodea…todo me lo ha dado el waterpolo y siempre estaré agradecida con el pero al final se ha convertido en un arma de doble filo y en muchos aspectos, ha sido muy duro, aun así me sigo quedando con todo lo bueno», reconoce a WATERPOLISTA.com la andaluza que hoy día se ha alejado del balón amarillo, al menos, por el momento. «Creo que la vida son etapas y llego un momento que yo no era feliz. El waterpolo no me aportaba lo que necesitaba y creo que en muchos aspectos yo tampoco se lo aportaba a el y le tengo tanto respeto y le debo tanto que no era justo que acabase siendo algo tóxico o negativo en mi vida, no quería recordarlo como algo malo y en el momento que lo dejé para mi era muy duro reconocer que había acabado conmigo, pero hoy en día y gracias a esa decisión, soy capaz de verlo como lo que fue para mi«, explica una deportista, quien día de hoy no ve claro el volver por el momento, aunque puntualiza que si que quiere terminar bien, «con una experiencia temporal que me deje con un buen sabor de boca, pero ahora mismo no soy capaz de volcarse o de implicarme como antes y soy una persona que necesita hacer todo al 100%, si no, no me parecería ni justo ni sincero y yo no soy así«.

| Su gran éxito deportivo

Antes de esto, lo cierto es que Sánchez ha tenido una intensa trayectoria deportiva, vinculada al waterpolo andaluz. «En mi familia siempre ha estado presente este deporte así que gracias a mi tío y mi hermano me inicié en el waterpolo. A los 9 años ya jugaba liga absoluta porque éramos muy pocas jugadoras en Málaga, de edades muy diferentes y era lo único que podíamos jugar. Además de con el femenino, también jugaba con el masculino, desde los 9 hasta los 15 años, era la única niña del equipo pero para mi creo que fue clave en mi desarrollo como jugadora. A los 15 años y en mi segundo año con la selección andaluza cadete, Javier Cortes, entrenador entonces tanto de la selección como del Club Waterpolo Dos Hermans que militaba en división de Honor, le comento a mis padres que quería que jugase en dos hermanas y yo ni me lo pensé, decidí que era mi sueño, que era lo que quería y mis padres me apoyaron en todo momento«, recuerda con cariño la andaluz que llegó a la Liga de División de Honor. Y en su primer año en la máxima categoría del waterpolo español hicieron historia al quedar cuartas y clasificarse para la competición europea. «Una gesta inolvidable», apunta.

En este sentido, Xenia que por su etapa como jugadora, y después como entrenadora, conoce bien la situación del waterpolo femenino en España considera que «hay mucha gente que está trabajando durísimo desde la sombra para que el waterpolo femenino tenga el puesto que se merece, somos una de las grandes potencias mundiales de waterpolo y eso hay que valorarlo, pero no a nivel selecciones, si no a nivel clubes«, explica la ex waterpolista que sobre el nivel de Andalucía reconoce que sabe de primera mano lo difícil que es conseguir tener un grupo de chicas que quieran jugar y que se mantengan en el tiempo. «Es muy duro llegar a clubes que solo tienen dos o tres jugadoras y están desesperados por encontrar más y creo que desde la federación debería de fomentarse más eso, a pequeña escala, en clubes pequeños y demás, al final es la base, la cima ya está más que hecha y con jugadoras jóvenes que van a estar muchos años en el top mundial, es hora de apostar por clubes pequeños, de regiones que incluso no tienen waterpolo o sólo masculino y dar facilidades para hacer que todo crezca», concluye.

@etoster