Rafa López y sus 32 temporadas interrumpidas en los banquillos

Su relación con el waterpolo comenzó en El Barrio de la Barceloneta, su barrio. En la entidad marinera pasó por las diferentes categorías, hasta llegar al primer equipo. Por aquella épica, el Barceloneta «era una cuna de deportistas y éramos un referente en casi todas las categorías. Muchos y muy buenos», reconoce WATERPOLISTA.com Rafa López quien por aquel entonces vivió un waterpolo muy diferente al de ahora. «Era muy físico y poco técnico. El más fuerte era el que se llevaba el gato al agua. Pero yo lo recuerdo emocionante y muy divertido. Recuerdo los partidos entre Barceloneta y Barcelona cuando yo aún no estaba en el equipo absoluto que eran unas guerras totales y súper emocionantes«, comenta un amante del waterpolo que una vez dejó su etapa en activo dio el salto a los banquillos. «Me ofrecieron coger el equipo femenino del Barceloneta, eran poquitas jugadoras que habían dejado la natación y poco a poco fuimos formando un gran equipo con muchas jugadoras, hasta llegar a participar en los Campeonatos de España durante varios años. Después de nueve temporadas y cuando pensaba que ya mi vida deportiva se había acabado me llamó el CN Granollers para dirigir también la parcela femenina y ahí estuve seis temporadas en dos etapas, después me fui al CN Sant Andreu dos temporadas, posteriormente al CN Sant Feliu ocho temporadas también en dos etapas y en la actualidad estoy en el CN Martorell que ésta es mi séptima temporada. En total a día de hoy 32 temporadas ininterrumpidas y siempre con equipos femeninos excepto alguna temporada que compaginé masculino y femenino«, explica.

Por otro lado, el actual entrenador del CN Martorell, y director técnico de la sección de waterpolo del club, considera que el waterpolo ha cambiado mucho. «Es mucho más técnico que antes hay mucha más estrategia a la hora de plantear los partidos. Se juega mucho con los tiempos de juego y son primordiales los tiempos muertos de los entrenadores. En fases puede ser más vistoso que antes. Pero siempre es un lujo poder ver un buen partido de waterpolo. Antes lo era y ahora también«, comenta López quien considera que ahora «el waterpolo es mucho más profesional en todos los sentidos: en el económico, en lo social, en la divulgación, absolutamente en todo», puntualiza al igual que relata que «antes cuando íbamos a entrenar, además del sacrificio que suponía el entreno para encarar con garantías los partidos, éramos un grupo de amigos que disfrutábamos yendo a la piscina para vernos y forjar una amistad que a día de hoy todavía dura. Creo que hoy ha cambiado mucho. Hay jugadores y jugadoras que tienen en el waterpolo su profesión y eso está por delante de todo lo demás. Van a la piscina a trabajar aunque también hay tiempo para todo lo demás, pero de otra manera. El waterpolo es toda mi vida, algo que quiero y me acompañará siempre hasta el final. Y daría gracias a mis padres porque ellos sin ser del mundo de la natación y el waterpolo (no sabían nadar), un día decidieron llevarme a la piscina y siempre, siempre les estaré agradecidos», sentencia.

@etoster