Un equipo tocado con la varita mágica de la genialidad

Por fin. Aunque parezca imposible, nuestra selección masculina aún no había conseguido el título de Campeón de Europa. Era una cuestión de tiempo, pero, pasaban los campeonatos y se nos negaba. ¡Ya lo tenemos! En el campeonato más complicado, ante un gran equipo, en su casa, llegando al último periodo dos goles por debajo, pero, el equipo de David Martín, esta tocado por la varita mágica de la genialidad, de jugadores que ponen su gran categoría individual al servicio del equipo con humildad. Podría quedarme con el gran gol, de magia, de Álvaro Granados, que nos daba el título, pero, la final nos ha dado más, mucho más. Después de un buen campeonato, con partidos espléndidos, la final lo ha superado todo. El partido ha empezado con los croatas superándonos en todo, sorprendentemente con más mordiente que nosotros. Hemos salido aturdidos y estábamos cerca del KO. En este momento aparece la mano mágica del técnico, tiempo muerto, llamada al orden, con carácter y el partido se nivela. Cuando parecía que le íbamos a dar la vuelta, con el empate, llega el tiempo muerto del entrenador contrario, otro maestro moviendo sus piezas, defensa zonal, con ayudas y vuelven a escapar en el marcador.

El partido se ponía cuesta arriba, dos goles por debajo y la sensación de superioridad de los de casa. Valiente, diría que visionario, David cambia el portero, Unai, soberbio en todo el campeonato, deja su sitio a Edu Lorrio, modifica la defensa y a Croacia se le apagan las luces, no encuentran como superar esa barrera. Los anfitriones, caen en el error de creer que contemporizando será suficiente, más que atacar deciden pasar el tiempo, esperar el final del partido, pero, esto, ante nuestra selección se paga, hasta que no se termina el partido no sé da por vencida. El premio llega cuando ya nadie lo espera, de la mano de un desacertado en sus lanzamientos durante todo el partido Álvaro Granados, el egarense, marca el empate, decidido, se dice: Me flotan, pues lanzo. Parecía que los penaltis decidirían, pero, entonces llegó la maravilla, el gol de revés del Dios del gol, que es nuestro y se hacia justicia. ¡Por fin campeones de Europa! Podríamos analizar individualmente a nuestros jugadores, pero, la clave es que somos equipo, ver como ascienden con fuerza los jóvenes valores, con un Bernat Sanahuja espectacular, un Felipe Perrone que sigue siendo el alma del conjunto, la mano del entrenador en el agua, trabajadores impagables como Marc Larumbe, Sergi Cabanas, Alex Bustos, el mejor boya del mundo, Roger Tahull, bien secundado por Miguel de Toro, la necesaria irregularidad del látigo de Blai Mallarach, el futuro esplendido de Unai Biel, el cañón de Alberto Munarriz, rompedor de redes, polivalente, sin olvidar los dos jugadores que en la final quedaron en la grada, uno veterano, con el lanzamiento seco, Alberto Barroso, siempre válido para desatascar las defensas contrarias y el debutante Biel Gomila que ha sumado un saco experiencias a su categoría, han conseguido el título, pero mucho más, se han clasificado para los JJOO de París, y han presentado candidatura al Mundial que ya esté llamando a la puerta. Mi enhorabuena a todos.