Un merecido homenaje

Durante el descanso del encuentro de Champions League entre Atlétic Barceloneta y Partizan de Belgrado, la San Sebastià fue escenario de un homenaje que provocó la emoción y alguna que otra lágrima del protagonista: David Martín. Quien fuera jugador del cuadro marinero, luego entrenador y ahora Director Técnico de la Federación Catalana de Natación recibió la insignia de oro y brillantes del club barcelonés. El CNAB no quiso pasar por alto la enorme y exitosa trayectoria deportiva de un hombre de la casa. El consejero de exteriores del Gobierno catalán, Raül Romeva, y el secretario general de Deportes, Gerard Figueras, presenciaron el acontecimiento.

Sin esperarlo y sumamente emocionado, Martín vio in situ como retiraban el número ‘tres’. «Este reconocimiento significa lo que ya sabía, que este club es muy grande. Que el Atlètic Barceloneta es una escuela de valores, donde entras como un niño y sales como un hombre. Donde te enseñan que lo importante no sólo es ganar, que lo que vale es el sacrificio, el compañerismo, la humildad, el respeto, etc… Que cuelguen mi foto en un club donde han pasado algunos de los mejores jugadores del mundo es un privilegio que me llevará mucho tiempo digerirlo.», reconoce tras el acto a WATERPOLISTA.com el que consiguiera 56 títulos, el cual explica que «mi trayectoria deportiva va ligada a la evolución que ha tenido el CNAB. Siempre lo he dicho, un jugador de élite no se forma solo, se construye con una estructura sólida a su lado».

«Creo que puedo decir que soy un ejemplo de que con ilusión y trabajo se pueden cumplir sueños. Nunca he sido talentoso, ni un jugador con un gran potencial ni con unas condiciones físicas increíbles para el waterpolo. He sido un trabajador que nunca se ha dado por vencido a pesar de muchas frustraciones, trabajé mucho para entrar en la selección y supe esperar mi momento. Creo que este es el mejor mensaje que le puedo dar a los jóvenes», añade David Martín, quien confiesa tener una espinita clavada: «es no haber ganado una medalla olímpica y perder la final del Mundial de Roma 2009 ya que me siento muy responsable de aquella derrota. Por todo lo demás creo que puedo estar muy orgulloso de mi carrera porque como he dicho antes, nunca ahorré un esfuerzo en el agua».