Un viaje por toda la historia olímpica del waterpolo español

Un análisis sobre la participación del waterpolo español en las diferentes citas olímpicas, así como una valoración de las selecciones actuales previo al inicio de los Juegos de Tokio

Parecía que no legarían nunca, que no sé celebrarían, pero ya están aquí, esperemos que, sin sorpresas, habló, como bien sabréis, de los JJOO de Tokio, una cita que teníamos pendiente, puesto que, en el año 1964, cuando la capital del Japón fue sede de unos juegos por primera vez, nuestro waterpolo no se clasificó para los mismos. Nuestro deporte, presente en los JJOO en numerosas ocasiones, el año 1920 ya estuvo presente en Amberes (Bélgica), por lo que se refiere al equipo masculino, podemos diferenciar en dos etapas, la primera, des del año 1920 hasta el 1972, en Múnich, lo más importante era clasificarse, estar allí, siempre esperanzados, pero, en inferioridad de condiciones con otros equipos que disponían de más posibilidades. Ello se plasmaba a la hora de verdad en buenos resultados puntuales, que nunca tenían suficiente consistencia para llegar a las plazas de pódium. Todo ello cambio el año 1980, cuando, después de no clasificarse para los JJOO de Montreal, más por mala suerte que por potencial del equipo, puesto que se debió jugar la plaza europea con Yugoslavia, desplazada de las plazas directas en los juegos por un doping en el Campeonato del Mundo de Cali, que luego resultaría ser un falso positivo, cuando llego el paso definitivo a la elite. Moscú, con un cuarto lugar que dejo un mal regusto al equipo, puesto que por merecimientos debía estar en alguno de los lugares del pódium, segundo o tercero, puesto que la URSS en su cas era intratable, hizo que, por fin, todo el potencial creyese en sus posibilidades, más reconocidas en el exterior que en casa. Tres derrotas por un solo gol ante URSS, 3-4, Hungría 5-6 i Yugoslavia, 6-7, dejaron sin el merecido premio a una España creciente.

| Y llegó Barcelona 92

A partir de este momento, cuartos, sextos, en Los Ángeles Y Seúl, para llegar el momento definitivo, la medalla de plata en Barcelona 92. Nunca una medalla de plata, la primera en la historia se vivió con tanta tristeza, parecía que era el momento del oro y que este se escapaba definitivamente. Por fortuna, el deporte también tiene diferentes caminos para premiar a los que lo merecen y, así llego el oro de Atlanta, quizás con el mejor equipo de la historia del waterpolo mundial. Ya se estaba en la cima, cada gran contaba y cuenta con España entre los favoritos, no fue llegar para caer, fue llegar para establecerse entre los grandes. Cuartos en Sídney, con una semifinal ante Rusia que nos dejo exhaustos esperando el gol de oro que no llegaba, haciendo fácil el partido por el bronce ante Yugoslavia, fue la ultima cita de Manel Estiarte. Atenas, fue el final del mejor equipo que puedo recordar, el del comandante Jané, el de la vecchia, luego, con éxitos en europeos y mundiales, los JJOO han sido reacios a situarnos de nuevo en el pódium, Bejín, Londres i Rio, han sido querer y no poder, pero no han hecho trabajar con convencimiento de que podemos estar de nuevo allí, con los mejores, no a luchar por si cae cara, sino a jugar de tu a tu, convencidos de que no hay rival superior a nuestro equipo. Ahora, después de las grandes actuaciones en el ultimo europeo y mundial, no creo que haya nadie en el mundo del waterpolo que dude de que España estará en la lucha por el oro, No hay dudas, el resultado, las medallas, pueden llegar o no, pero, el trabajo de David Martín ha hecho que nuestro equipo sea respetado entre los favoritos.

El waterpolo femenino, con un breve historial en los JJOO, no ofrece dudas de su competitividad, después de su primera presencia en los JJOOO, Londres 2012, con una medalla de palta que sorprendió a propios y extraños, maravillando con su juego, ha conseguido un palmarés inimaginable, lleno de medallas en grandes competiciones, con títulos europeos y mundiales. Con un gran futuro y un presente consolidado, llega con la lección bien aprendida después de caer en los cuartos de final ante Rusia, en Rio de Janeiro, una derrota que aun escuece a las guerreras de nuestro waterpolo, poco acostumbradas a dar su brazo a torcer. Con Miki Oca como gran maestro de ceremonias, realizando un gran trabajo técnico y de aglutinar un grupo heterogéneo, nos hacen tener todas las esperanzas de repetir una final como en Londres 2012, con unos Estados Unidos que se han mostrado casi invencibles, és el reto.

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