Del Alberto Munarriz de antes, al Alberto Munarriz de hoy día

El Alberto Munarriz de hoy día es el Alberto líder, con un destacado peso en la selección. El Alberto Munarriz al que todo portero teme al verle lanzar. El Alberto que se echa al equipo a su espalda en los momentos más complicados, y (como no) el Alberto con un poderío físico que le hace diferencial. Sin embargo, el Alberto de ahora no se entendería sin el Alberto Munarriz de 14 años. En aquella época, sus 185 centímetros y su notable envergadura le diferenciaban del resto de compañeros de categorías. Jugaba en el CDW Navarra, club al que llegó tras dar sus primeras brazadas en el CD Larraina, siguiendo los pasos de su padre y tío que habían sido jugadores (es más su tío, Fernando era y es el presidente de la entidad navarra). Justamente a sus 14 años, el navarro disputó su primer partido en División de Honor. Lo hizo de la mano de Manel Silvestre, quien ya en aquella época comentaba que «debutar con esa edad es difícil». «Recuerdo algún caso similar en la Copa de Europa, pero en la liga española probablemente sea el más joven«, dijo el técnico del combinado navarro que lo alineó ante el CN Mataró en un partido que jugó ocho minutos y marcó un gol, pero que terminó con derrota navarra por (16-7). Sobre este hecho el propio Alberto lo analizó días después: «No esperaba debutar tan joven. Me comentó Manel que iba a viajar con el equipo y me hizo mucha ilusión. Luego encima jugué. Recuerdo que Manel me dijo que tenía que cubrir al boya y en la primera jugada metió gol, pero bueno, luego ya jugué un poco mejor. Todo ha ido muy bien, también en el viaje y con los compañeros. Todos son muy majos. El gol fue una jugada que ya habíamos ensayado en los entrenamientos y que antes Manel la había marcado y no salió. Volvimos a hacer la misma y esa vez sí salió bien. Conseguir marcar fue muy bonito«.

Por aquel entonces, el navarro ya apuntaba maneras y aunque aún faltaba mucho tiempo para verle triunfar (desde entonces han pasado 14 años), el que era su técnico ya lo tenía claro: «Alberto es demasiado joven, pero es una raza de deportista de la que hay pocos. Con 14 años tiene unas cualidades que a muchos del primer equipo ya les gustaría. Tiene facilidad para todo y es como una esponja, todo lo que le dices lo asimila. Por supuesto tiene que mejorar mucho, técnicamente, en posicionamiento, en saber cómo jugar… En muchas cosas, pero sí es verdad que el otro día jugó ocho minutos y dio una lección de muchas cosas», explicó Silvestre, sobre un jugador que empezó a nadar a los tres años, pero que a los seis pasó al tenis y al fútbol. Una experiencia mala que le hizo conocer con el balón amarillo. «A los diez o once años volví otra vez a la piscina a jugar a waterpolo en Larraina. Cuando desapareció el waterpolo de allí pasé al Waterpolo Navarra. Mi padre había jugado a waterpolo y mi tío también. Cuando era pequeño yo era de Larraina y mi padre me llevaba a ver partidos. Además mi primo, que tiene la misma edad que yo, se metió a hacer waterpolo y yo me apunté con él«, contó Alberto, que también practica el pádel, una pasión que hoy día continúa practicando, en las instalaciones del CN Atlétic Barceloneta donde es un referente desde hace años, puesto que lo cierto es que ese Alberto de 14 años que apuntaba maneras demostró que con trabajo, esfuerzo y entrenadores con interés de enseñar a sus pupilos, es posible llegar a ser campeón del Mundo.

@etoster