Los dos hitos de Vicenç Tarrés en el banquillo: un inicio y una histórica plata europea

Pasan los años, y el waterpolo sigue estando muy presente en la vida de Vicenç Tarrés, uno de esos entrenadores que ha jugado su particular papel en la historia del waterpolo español. Un técnico que inició en los años 70 su aventura en un deporte que pronto pasó a ocupar un lugar clave en su vida. La trayectoria la comenzó en el CN Mataró. Primero combinando el waterpolo con la natación, hasta que en 1978 y ya con 15 años pasó a formar parte del primer equipo. El hecho de que el balón amarrillo fuera casi una tradición en su familia (los tres hermanos mayores ya jugaban), hizo que poco a poco el waterpolo fuera ganando peso en el devenir vital de un apasionado del deporte como jugador destacó por su polivalencia, ya que en todos sus años a excepción de boya y portero, pasó por todas las posiciones. No obstante, a pesar de su pasional etapa en activo, la faceta de entrenador le cautivó. Está la combinó aún siendo jugador, dirigiendo a varios equipo de la base. Fue en el año 2000 cuando ya retirado, cogió las riendas del primer equipo. Sin embargo, lo cierto es que su labor en la Joan Serra estuvo marcada por haber sido el ideólogo de la primer generación de waterpolo femenina, siendo durante 13 años el entrenador del equipo absoluto. «Era un grupo de chicas que se pusieron a recoger firmas a lo socios del Club para presentarlas a la Junta Directiva para crear la sección de waterpolo femenino del Club. Era un grupo que no habían hecho nunca waterpolo pero que tenían una ilusión y unas ganas de aprender muy grandes. A partir de allí nos pusimos a trabajar y el crecimiento fue un no parar, hasta conseguir llegar a una final de Copa y cada vez acercándonos al todopoderoso CN Sabadell», recuerda desde el cariño.

En este sentido, Tarrés considera que lo mejor de aquella etapa fue el «trazar un camino, una manera de trabajar y unos valores». «Esto nos llevó a crecer hasta llegar a ser un gran equipo. A esto colaboró el respaldo de Club y la gente de mi staff. No recuerdo ninguna circunstancia para decir esto fue lo peor. Fueron unos años muy felices para mi».Sin embargo, su labor en el CN Mataró no se entendería sin el papel que jugó como seleccionador nacional femenino. «En el año 2007 después del Mundial de Melbourne y tras la marcha de Mar Sanroma, la RFEN pensó en mí para terminar lo que quedaba de ciclo Olímpico de Pekín 2008. Con un Pre-Olimpico y un Europeo por delante. A partir de aquí formamos un Staff técnico con Sergio Aguilera de segundo, Jordi Valls de preparador físico, Lidia Flaqué delegada y los físios Fidel y Xavi y nos pusimos a trabajar», explica sobre un equipo que tenía «grandes jugadoras y confiamos en la mayoría que ya estaban en la anterior etapa». «El Staff creíamos que teníamos opción de conseguir llevar a la selección por primera vez a los juegos, ellas pusieron todo de su parte pero no lo conseguimos, un partido que no salieron las cosas cómo queriamos, nos llevó a un cruce complicado contra Italia que era la anfitriona y no pudimos conseguir el objetivo. Fue una pena», relata, al igual que en esta ocasión si que recuerda con especial cariño el que sería la primera medalla del equipo nacional: fue la plata en el Europeo celebrado en Málaga en el año 2008. «Lo que más recuerdo es el apoyo que tuve por parte de la RFEN. Se siguió confiando en nosotros para el Europeo de Málaga. Las jugadoras tuvieron una actitud increíble con un gran trabajo, y nos pusimos a trabajar para hacer un buen Europeo. Esto nos llevó a conseguir el subcampeonato y de esta manera conseguir la primera medalla del waterpolo femenino en categoría absoluta. Estaba seguro de que hasta era la primera medalla y que a partir de aquí vendría muchas más», comenta un técnico que tras el 2008 abandonó la selección, que pasó a manos de Joan Jané quien vendría a dirigir al equipo en el ciclo olímpico de Londres. Sin embargo, Miki Oca, uno de sus pupilos en los 90, fue quien asumió tal rol.