Juan Antonio Sierra: el encargado de custodiar la historia y vivencias del waterpolo español

El catalán es una autoridad del waterpolo español, al ser una de las persona que aúna mayor número de recuerdos, historia y datos de nuestro deporte; es el gran historiador capaz de relatar los éxitos de nuestros equipos

Los que saben de waterpolo y llevan años dentro de sus entrañas no dudan en definir a Juan Antonio Sierra (Barcelona, 22 de julio de 1925) como historia viva de nuestro deporte. Su dedicación para con el balón amarillo ha mantenido intacto el espíritu juvenil de un hombre de 93 años que tras formarse de muy joven como tenedor de libros en la escuela para botones del Banco Hispano Americano, acabó por alcanzar grandes cotas profesionales en la parcela editorial. Sin embargo, lo cierto es que siempre ha mantenido una relación especial con el deporte, convirtiéndose en testigo directo de las principales hazañas que han protagonizado a lo largo de las últimas décadas el waterpolo español, y en especial el catalán, puesto que allá por el año 1939 dio sus primeras brazadas. Y lo hizo en su querido club, el Club Natación Atlético, donde su padre años atrás marcó un antes y un después, como nadador, waterpolista, pero también como directivo de la entidad.

Justamente el camino recorrido por Juan Antonio Sierra guarda un destacado paralelismo con el de su padre, puesto que una vez dejó a un lado el deporte en activo, el que fuera uno de los fundadores de la mítica revista CROL en 1965 junto a otras referencias de la información como Joaquim Morera, Enrique Ugarte y Carlos Piernavieja se sumergió en el mundo federativo ocupando diversos cargos de ámbito regional, nacional e internacional. Entre ellos no sólo destaca el de seleccionador nacional (estuvo al frente del equipo nacional en el año 1964), sino sobretodo el de presidente del Comité Nacional de Árbitros, o de la comisión de waterpolo de la RFEN, entre los años 70 y 80. Justamente por las experiencias vividas en primera persona a lo largo de innumerables citas históricas a las que ha logrado asistir, Sierra es una voz más que autorizada de nuestro deporte. Ejemplo de ello es que como cronista ha publicado ya once libros sobre natación y waterpolo. El último, «Historia del Waterpolo Femenino Español (1981-2016)» editado por el CN Atlétic Barceloneta con la colaboración de la RFEN y de la FCN fue presentado el pasado miércoles en las instalaciones del club marinero.

| Humildad, por bandera

La pasión por escribir de waterpolo vino relacionada con el denominado ‘Boletín del Club Natación Atlético, que según apunta «así le obligaron a llamarse después de la guerra civil». Y es que en julio de 1949 publicó el que fue su primer artículo. Lo tituló “Árbitros y arbitrariedades», y en él se mostró combativo, ya que con el denunció algunas decisiones que según su criterio habían perjudicado a su club «por incompetencia de los árbitros. Lo más curiosos es que a raíz de ese artículo, la respuesta del colectivo arbitral no se hizo esperar, y Sierra recibió la llamado del árbitro internacional y por aquel entonces vicepresidente de la Federación Catalana, Tomás Batallé, quien le sugirió que si no estaba de acuerdo, se hiciera árbitro para poder opinar. «No lo dudé, y me hice árbitro«, asegura Sierra quien años después llegó incluso a la presidencia del Comité. Y es que al final ésta vino a ser la seña de identidad que ha estado siempre presente en la figura de Sierra, la humildad, el trabajo y la dedicación por una pasión. Sin ir más lejos, no duda en definir sus primeros contactos con el waterpolo como «vulgares», ya que según reconoce, «sin la corpulencia física que requiere este deporte nunca tuve opciones de destacar en él«. Es por ello que cuando vio que a nivel deportivo, era complicado continuar una trayectoria dentro del deporte, dio el salto a un campo en el que se continúa sintiendo muy cómodo.

Aunque sus ojos han visto la mayoría de los momentos más importante de la historia del waterpolo, y por ende para muchas personas es una de las personas que mayor conocimiento tiene de nuestro deporte, él le quita hierro, ya que considera que «sería presuntuoso por mi parte aceptarlo«, aunque explica también que «después de haber tenido la oportunidad de vivir nuestro deporte muy de cerca y durante muchos años te da una experiencia extra«. «Al final llevo 66 años ininterrumpidos dentro de este deporte, por lo que es lógico y natural que lo domines, pero sin exagerar«, puntualiza alguien que es un gran estadista, puesto que justamente el estudio de las estadísticas ha sido su gran fuerte en sus diferentes publicaciones. Justamente por este mismo motivo es capaz de hacer una radiografía de la transformación de nuestro deporte a lo largo de estos años, dejando claro que es siempre se ha mostrado crítico en este tema, puesto que considera que no se ha hecho nada por desterrar el juego ‘subacuático’ y el contacto permisivo que según él, siempre han propugnado los ‘grandes’ del waterpolo. Es más, cuando se le pregunta sobre si el waterpolo ha cambiado a mejor o a peor, explica que «en lo fundamental como es el contacto no han habido cambios«.

Por último, Sierra no quiere pasar la oportunidad de poner el foco en el que según su criterio ha sido el momento más relevante de la historia del waterpolo español. «Sin duda alguna, se trata del título olímpico conseguido por los chicos en Atlanta ’96, pero también el subcampeonato olímpico logrado por las chicas en los Juegos de Londres en 2012», apunta el cronista quien define a la denominada por muchos ‘generación dorada’ como «admirable». «A la técnica de los catalanes (Manel, Jordi, Sergi y Daniel), y al desparpajo de los castellanos (Jesús, Chava, Pedro y Miguel Angel) se unió la exigencia de un técnico como Dragan Matutinovic y la convicción de un directivo como Joaquin Pujol. El éxito estaba asegurado«, sentencia.

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