El arbitraje, la notable pasión del colegiado catalán Álex Ortega

Conocemos a un árbitro catalán que es un verdadero amante del balón amarillo y que disfruta con el hecho de arbitrar cada fin de semana, mostrando su orgullo por la situación del arbitraje español

Los inicios de Álex Ortega en el waterpolo se retoman a su etapa como jugador en activos en el CN Sant Andreu. «Durante mi aprendizaje como deportista, en la etapa de categoría alevin decidí solo hacer natación, hasta los 17 años cuando volví al waterpolo con Nico Andresoni en el Sant Andreu B«, comenta un amante del balón amarillo que que tras su etapa deportiva dio el salto al arbitraje. «Desde bien pequeño he visto “muchos” partidos de waterpolo muy intensos, duros y divertidos cuando mi padre arbitraba en una época y piscinas muy diferentes a las de ahora. Y siempre quise seguir sus pasos. Dicho esto mi primer partido como árbitro fue durante un entreno con mi equipo en ese momento el Sant andreu B, con mi gran amigo Joaquin Illescas nos pusimos a pitar… y nuestros compañeros nos decían de todo, en ese momento pensé “nunca mas”, a la semana Joaquin y yo nos apuntamos al curso de árbitro», explica a WATERPOLISTA.com un colegiado que desvela que para el cumplir estas funciones supone «una responsabilidad y una satisfaccion muy grande, ya que me gusta arbitrar y seguir los pasos de mis padres«, puntualiza.

En este sentido, Ortega se considera un árbitro «dialogante, quizás aveces un poco bastante«. «Creo que hay que seguir esta línea, con respeto y remando hacia el mismo objetivo “waterpolo”. Siempre digo lo mismo, los “únicos” profesionales son l@s entrenad@res que se juegan su sitio de trabajo en cada partido, para nosotros es un hobbie y tenemos que hacerlo lo más profesional que podamos. Por eso creo que el diálogo es lo más importante y entre todos llevar a nuestros equipos a lo más alto«, asegura, a la par que reconoce que el hecho de también ser árbitro nacional supone para él «una oportunidad para poder viajar a otros países, conocer nuevas culturas y seguir mejorando». Y es que justo desvela la hoja de ruta que se marca: «sinceramente no tengo ningún objetivo a nivel competitivo, ya que para mi arbitrar es por la tensión y pasión que siento, puesto que no estoy obsesionado con lograr algún objetivo. Evidentemente me gustaría alguna vez estar en unos Juegos Olímpicos, pero repito no me obsesiona, mi trabajo y familia es lo más importante. Mi objetivo principal es ir a una piscina a dirigir un encuentro y que jugadores, entrenadores y público vean un partido donde el cien por cien de los protagonistas estén en el agua», puntualiza.

Por otro lado, Ortega da su punto de vista en relación a la situación del arbitraje en Cataluña: «el nivel es cada vez más bueno, tenemos arbitr@s muy jóvenes de 18-20 años que suben muy muy fuertes, con ganas y con mucha determinación. Muy segur@s y leyendo el juego muy bien. Evidentemente hay cosas a mejorar como todos, pero me parece que la línea es muy ascendente. El otro día tuve un partido en Martorell con una chica de 18 años, piscina pequeña donde los partidos siempre son muy duros e intensos, solo llevaba 2 años arbitrando y la forma de pitar, gestionar y dar la ley de la ventaja era de un nivel perfecto. Los y las jovenes suben muy rápido y a muy buen nivel», explica a la par que da su punto de cista sobre la coyuntura del waterpolo a título nacional: «tenemos el mejor grupo arbitral del mundo, y no se dice por decir, sino por las actuaciones que tenemos durante el año. Arbitrando los mejores partidos y siempre siendo un país de referencia. Es un placer para el grupo arbitral y personalmente para mi poder estar a la altura de las grandes selecciones que tenemos en nuestro país. El waterpolo español desde hace años sigue una línea muy buena de forma general y se notan en los resultados«, sentencia.

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