El CW Figueres, como el resto de equipos de Girona, trabaja para estabilizarse

El verano pasado, desde la Junta Directiva del CW Figueres llamaron a Àlex Sanchís con la intención de encargarle un objetivo: intentar montar un equipo femenino. Sin embargo, la irregularidad derivada de la pandemia del Covid19 complicó el objetivo. «Aún estamos en ello«, comenta un técnico que esta temporada con la baja del anterior entrenador cogió a su vez las riendas del absoluto masculino. No obstante, Sanchís ya es un viejo conocido de esta entidad catalana puesto que tuvo una experiencia previa hace cinco temporadas con el equipo femenino, así como con el cadete. A lo largo de este tiempo, lo cierto es que «la regularidad y el crecimiento lento que tenía el club a lo largo de su corta historia se ha visto truncada por esta dura etapa de pandemia«. «En un club que solo depende de sus deportistas, el hecho de no poder competir, ni entrenar con regularidad ha penalizado mucho y ha costado mucho retener a algunos deportistas. Sin ir más lejos este año el absoluto masculino perdió de inicio y de una tacada a 7 de sus jugadores. Y lo mismo en categorías«, comenta el técnico de un club con unos 60 deportistas en sus filas.

En todo caso, los retos que se marcan a corto plaza desde el club se centran en «consolidar a los deportistas que tenemos y aumentar el número sobretodo en categorías inferiores. Tanto niños como niñas«, entiende un técnico que a su vez desvela que los objetivos a largo plazo se centran en «tener equipos competitivos». Todo ello siendo consciente que «como siempre Barcelona es el centro de waterpolo catalán y español. A su alrededor la zona que comprende Sabadell, Terrassa, Rubí, Badia parece intentar ser una alternativa. Figueres y por extensión el waterpolo de Girona ha pasado, y pasa, unos años duros de retroceso waterpolístico. Estamos luchando cada día para, primero estabilizarlo y después ir mejorando poco a poco», apunta.

@etoster