El exitoso (y destacado) caso de la madrileña Belén Sánchez

Hablamos en WATERPOLISTA.com con una ex deportista madrileña que tras haber protagonizado una gran trayectoria como jugadora, posteriormente se volcó en una faceta algo más técnica

Muchas son las jugadoras que forjadas en el waterpolo madrileño, pronto dieron un paso adelante para evolucionar y crecer como deportistas. Una de ellas es Belén Sánchez, quien se iniciara en el Club Natación Ondarreta-Alcorcón, hasta que se marchó a la ciudad condal para formar parte del CE Mediterrani, y posteriormente del CN Sabadell. Sin embargo, lo cierto es que la ex jugadora fue una de las integrantes de la selección española nacional que por medio del Mundial de Barcelona 2003 accedió por primera vez al Plan ADO, suponiendo esto un hito clave a la hora de profesionalizar el waterpolo en nuestro país. Una vez colgó el gorro, Sánchez ha seguido muy de cerca el balón amarillo, aunque ahora en funciones de gestión dentro del CN Sabadell. Sobre sus inicios, su punto de vista del waterpolo y demás temas hablamos en WATERPOLISTA.com con ella.

– ¿Cómo y cuando fueron tus inicios en el waterpolo?
«Era nadadora del Club Natación Ondarreta-Alcorcón, por esa época no había waterpolo femenino de categorías y había muy pocos equipos absolutos. Sobre los trece años Claudio Camarena nos sugirió quedarnos una hora más después de los entrenos para aprender a jugar con las mayores y durante muchos años algunos/as deportistas hacíamos natación y waterpolo. Los fines de semana eran una locura con competiciones y partidos, si no fuera por mis padres que nos apoyaban en todo y nos llevaban a mis hermanos y a mí, a entrenamientos, competiciones y partidos nunca hubiera sido posible».

– Define un poco tu trayectoria deportiva…
«Ha estado marcada por el amor por al deporte. Mi trayectoria deportiva la inicié como una niña que le encantaba nadar sin mucha inquietud en sus resultados, a darme cuanta de que si trabajaba bien podía ir a Campeonatos de España, hasta que un día que me inicié en el waterpolo y un año después viví entusiasmada la final de waterpolo masculino en las Olimpiadas de Barcelona 92 desde casa, pensando que yo un día quería estar ahí. Nunca fui a unas Olimpiadas, ni conseguimos una medalla, pero no me arrepiento de todo lo que puse por mi parte para poder conseguirlo, las vivencias y las amistades me han convertido en todo lo que soy ahora».

– ¿Cuál es el club que más cariño le guardas?
«De todos guardo recuerdos muy especiales. En el Ondarreta aprendí a nadar, fue donde me formé desde muy pequeña y me ayudaron a crecer no solo a nivel deportivo. Tuve muy buenos entrenadores/as tanto en natación como en waterpolo, además de compañeras como Mamen Heredia, Cristina Hagen, Concha Amorós o Esther Montes que me ayudaron muchísimo. Con 19 años pensé en dejar de jugar por varios motivos pero uno de ellos era para poder estudiar, Mariona Ribera hablo con su club y fue cuando vine a Barcelona, al C.E.Mediterrani, ese año también entre a formar parte del grupo que entrenaba en el Centro de Alto Rendimiento, aprendí a trabajar con objetivos muy definidos, a entender que cada día importa, que cuanto mejor eres tú, más puedes aportar a tú equipo, un equipo que lo daba todo y te ayudaba en todo. En Italia entendí como ser profesional del deporte, a que no hay excusas para no rendir, a dar el máximo y a dedicarme exclusivamente al waterpolo. Y cuando pensé que ya no jugaría más el C.N.Sabadell, Xavi Balaguer, me llamo para formar parte y ayudar a un equipo muy joven con un potencial tremendo e hizo que volviera a vibrar con cada minuto de cada partido. Nani Guiu, quien si no…un entrenador capaz de sacar lo mejor de un deportista».

– ¿Cómo era aquel waterpolo?
«Divertido, muy técnico, muy ágil, y diferente».

– ¿Y aquella selección española?
F»ue un recuerdo imborrable en todos los sentidos. Éramos unas locas de muy diferentes edades, enamoradas del waterpolo, a cambio de muy poco».

– ¿Que supuso el Mundial de 2003?
«Desde mi punto de vista el Mundial de Barcelona 2003 marco para el waterpolo femenino un punto de inflexión. Fue el primer año que conseguimos entrar en el Plan ADO y supuso para muchas jugadoras poder dedicarse al waterpolo de manera profesional. Fue un momento en el que el waterpolo femenino se mostró en diferentes medios y donde muchas niñas/os vieron un deporte fantástico con el que ilusionarse y disfrutar. Sin embargo tengo la sensación que no se han valorado los esfuerzos y sacrificios que jugadoras y clubs, hacíamos y antes que nosotras muchas hacían para poder practicar este deporte. Es verdad que los deportes minoritarios solo tienen visibilidad si ganan medallas y el waterpolo no es una excepción, pero muchas/os lucharon para que el waterpolo femenino esté en el nivel en el que está actualmente».

– ¿Qué diferencia hay con el de ahora? ¿Cómo ves el waterpolo actual?
«El deporte en general se ha vuelto mucho más físico, actualmente la figura de un profesional como preparador físico es imprescindible si los/as deportistas quieren mejorar. Ha habido muchos cambios de reglamento desde que yo jugaba, quizás ahora los equipos son más completos, puede y hay muchos más cambios en los partidos, más goles y el nivel de las ligas es mucho más alto. Los clubes invierten más en los equipos femeninos y se ve reflejado en fichajes y en los movimientos de jugadoras cada temporada. Todos los clubes están entrenando cada vez mejor, además las Becas de CAR y BLUME siempre ayudan a los jóvenes talentos».

– ¿Qué fue lo mejor de tu etapa deportiva?
«Los buenos momentos en el deporte son muy pocos, con el tiempo he sabido ver que los mejor de mi vida deportiva, ha sido cada uno de los días que me levantaba con la ilusión de conseguir un sueño, cada día de entrenamiento, de partido, cada competición y campeonato han sido días especiales en los que hacia lo que más me gustaba y me sentía muy feliz de poder compartirlo con personas que sentían lo mismo que yo».

– ¿Has mantenido un vínculo alguno con el waterpolo?
«Desengancharse del cloro y la pelota amarilla es imposible. Durante y después de dejar de jugar, he estado vinculada al waterpolo, desde el 2002 hasta el 2018, he trabajado como entrenadora de categorías de waterpolo masculino y femenino en varios clubes, cuyos equipos han obtenido muy buenos resultados. Muchos/as de esos/as waterpolistas siguen jugando en equipos seniors en diversas divisiones o son entrenadores/as de algún equipo, me encanta poder seguir viéndolos. Deje de jugar en el 2006 para poder entrar un equipo de División de Honor Femenino, concretamente el Rubí, después de terminar INEFC, dos años después el Sabadell me dio la oportunidad de colaborar con el primer equipo como segunda entrenadora y entrenar equipos en formación. Sigo vinculada al deporte con la misma entidad, pero en temas de gestión».

– ¿Se echa de menos el día a día como waterpolista en activo?
«Siempre, fue una fase de mi vida que viví con mucha pasión e ilusión, en la que priorice el deporte por delante de todo, aunque no deje de lado los estudios o el trabajo dado que era algo que nos podíamos permitir. Todos querríamos volver a vivir nuestra juventud pero sabemos que la vida tiene sus fases y hay que disfrutar de cada una de ellas. Ahora me alegra ver a mis hijos hacer deporte y compartir en familia sus experiencias y las mías».

twitter-bird@etoster

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