El Sandro Campagna más íntimo

Considerado por muchos como el gran mentor del waterpolo italiano y porqué no decirle también del internacional, trae consigo una maleta llena de experiencia y secretos después de no sólo haber vivido de cerca los últimos 30 años de nuestro deporte, sino haber sido en reiteradas ocasiones uno de los grandes protagonistas. Sin ir más lejos, a la entrada de la mítica piscina de Picornell de Barcelona hay un cuadro colgado en la pared con la imagen de la selección italiana de 1992, donde Sandro fue genio y figura. Fue sin lugar a dudas el corazón latente de un grupo formidable, capaz de vencer en la final olímpica a la España de Manel Estiarte. Acaba de empezar su noveno año en el banquillo de la Settebello y su tercer ciclo olímpico; en las dos ediciones anteriores, Londres 2012 y Río 2016 ha sido el creador y maestro de un grupo que hizo temblar a los grandes colosos que han rememorada la famosa batalla que David venció a Goliat. Su equipo es símbolo de fe y coraje que triunfan sobre Serbia, Croacia, Montenegro y Húngría ¿Sus armas? Carisma, perseverancia y determinación, más allá de la técnica. De los hechos más notorios de su carrera habló Campagna en una entrevista concedida a WATERPOLISTA.com, donde reconoció no haber hablado aún con Guillermo Molina sobre su posible llegada a la selección italiana.

– A menudo se dice que lo más difícil para un entrenador es la constancia, cerrar un ciclo ganador y trabajar para crear uno nuevo ¿Cómo estás y en qué punto te sientes acerca de tu carrera?
«Es cierto, si es difícil ganar, es aún más difícil confirmarse al máximo nivel internacional durante tantos años. Esto significa que has creado un sistema, con la plena cooperación de todos los componentes de todo el movimiento. El entrenador de la selección nacional debe ser una guía, debe estimular el desarrollo técnico de los entrenadores y por supuesto de los deportistas. Tiene que controlar todo el movimiento juvenil, haciendo todas las correcciones para poder sacar unos jugadores que garantizan un cambio generacional que continúe con la calidad. Luego está claro que hay que tener suerte para que la cosecha sea buena, así como el vino también para los jugadores hay temporadas más afortunadas que otras. Siempre me siento muy motivado. La gente siempre recuerda el último resultado y nunca baja la guardia y con humildad estoy programando los próximos cuatro años».

– Se habla mucho durante estos días, además del posible cambio de las reglas de la FINA, de jugadores que están en proceso de ‘nacionalización’ o ‘naturalización’. En particular, me refiero a tres jugadores que fueron clave para España como: Perrone, Molina y Echenique. El primero no te concierne directamente, pero los otros dos sí, ya que podrían estar disponibles en el futuro más próximo para una posible llamada por tu parte ¿Cuál es tu pensamiento sobre este estos ‘movimientos’ y como puede aceptar el grupo la llegada de un «nuevo» jugador?
«En cuanto al cambio de las reglas del reglamento FINA tenemos que esperar el Congreso de Budapest para ver qué va a cambiar y cómo podría evolucionar el juego en los próximos años en vista a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Yo creo que el cambio drástico, si se desea mejorar el juego, se debe hacer sobre las reglas de arbitraje, ya que llevar el campo a 25 metros, la reducción de la posesión y el número de jugadores en el acto no va a cambiar nada. En cuanto a la naturalización, la regulación internacional es clara, los que tienen doble pasaporte pueden elegir la nacionalidad deportiva. En el pasado, España se ha beneficiado con Iván Pérez, los hermanos Perrone, Piralkov o Szirani. Tambén nosotros con Figlioli y Bodegas, puesto que hemos aprovechado esta oportunidad pero hemos perdido jugadores como Cupido y ahora parece que Giorgetti. En cuanto a los jugadores que has mencionado, Echenique no tiene todavía la ciudadanía italiana y no me gusta hablar de los jugadores antes de que estén disponibles, Willy Molina es un gran campeón, pero no he hablado con él».

– Entre los días 20 y 15 de junio se disputará la Superfinal de World League en Rusia y entre el 17 y 29 de julio el Mundial en Budapest ¿Qué valor das y cuáles son las diferencias, cambios de enfoque entre estas dos competiciones?
«En 2017 vamos a presentar un equipo aún más joven que el de Río 2016 por lo tanto la participación en las dos competiciones FINA puede ser una prueba importante para el crecimiento del equipo. Claramente, la preparación esta hecha para estar mejor en Budapest, pero queremos dar una buena impresión también a la Superfinal».

– Pregunta técnica. Tú papel es crucial cuando tienes el deber de seleccionar los trece jugadores que competirán en los distintos eventos. Hemos visto muchos cambios entre enero 2016 (Europeo) y agosto (Juegos Olímpicos), a diferencia del ciclo anterior donde realizaste un menor número de cambios, logrando la plata en Londres. ¿Qué paso durante aquellos meses?
«El 2016 ha sido un año agotador en términos de compromisos y por lo tanto a nivel emocional y físico. También los 90 partidos que han jugado mis deportistas que han causado numerosas lesiones. Extendí el grupo a unos 18 y 20 jugadores para cumplir con todos los eventos. La gestión de la equipo nos ha permitido llegar a los Juegos Olímpicos en un buen estado de forma que de otra manera no hubiésemos podido tener. Para los atletas excluidos ​​de los Juegos Olímpicos habrá sido un momento doloroso, esto es también para el entrenador, tomando decisiones tan importantes. Cuanto juega un atleta durante el año es importante, por supuesto, pero no es la única variable».

– Echamos una mirada al pasado: Barcelona, 1992 ¿Cuanto de potente era la España de aquella época y sobre todo cómo de compacta era por aquel entonces tu amada Italia? ¿Viviremos de nuevo un gesta de ese tipo en el próximo Europeo de Barcelona 2018?

«El resultado de la Settebello en 1992 fue aún más épico porque aquella España era muy fuerte. No sólo porque jugaba en casa, sino por el valor técnico y humano de todos los jugadores; también nuestro equipo se componía de campeones de gran personalidad y excelente capacidad táctica. Fue un partido inolvidable, emocionante y dramático, sobre todo para los españoles, que han tenido el gran mérito de quedar compactos y unidos ganando los siguientes Juegos Olímpicos. Ganar después de una terrible derrota es un gran valor que sólo los grandes atletas pueden hacer. Tan Grande Italia como tan grande España. Este año será el 25 aniversario y vamos a jugar un España-Italia en Picornell, será emocionante volver allí».

Un palmarés envidiable

Mucho se puede escribir sobre el palmarés que ostenta Campagna. Probablemente nos quedaríamos cortos. El actual seleccionador italiano fue una de las piezas claves de la generación más exitosa de la Settebello con quien alcanzó un oro olímpico en Barcelona 1992, un oro y una plata Mundial (Roma 1994 y Madrid 1986), un oro y hasta dos broces a nivel europeo (Sheffield 1993, Estrasburgo 1987 y Bonn 1989), así como una Copa LEN con el Racing Roma Bonn 1989 (antes jugó durante diez años en el Ortigia), con quien también cosechó una Recopa. Como entrenador, sus principales éxitos datan de su etapa al frente del equipo nacional italiano a pesar de su destacado paso por Grecia, selección que dirigió entre los años 2003 y 2008. El reconocimiento más reciente es el bronce conseguido en los pasados Juegos Olímpicos de Río 2016. Aunque no podemos pasar por alto el oro en el Mundial de Shanghai 2011 y la plata en los Juegos de Londres 2012, más allá de un meritorio bronce en el Europeo de Budapest 2014. Todo estos títulos le llevaron a recibir en la ciudad de Roma en 2012 la palma de oro al mérito deportivo que le entregó el Comité Olímpico Italiano (CONI).

Seis cuestiones claves

  1. Adversario más fuerte al que te has enfrentado: Manel Estiarte
  2. Compañero de equipo más potente: Fiorillo
  3.  Entrenador más completo: Ratko Rudic
  4. Partido mas bonito como jugador y entrenador: Italia-Yugoslavia final del Mundial 1986 y como entrenador el Hungría- Italia en la semifinal del Europeo de 2001
  5. Momento más hermoso como jugador y entrenador: como deportista los Juegos de Barcelona 1992 y Shanghai en 2011 como entrenador, aunque también el bronce ante Grecia en la Copa del Mundo de 2001
  6. El momento más difícil como jugador y como entrenador: Cuando dejé de jugar. Y como entrenador después del Alemania – Grecia en Barcelona 2003
VERSIÓN EN ITALIANO

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FOTOS: FABIO FERRARI

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