El waterpolo playa llega al Mundial, pero a medias

España será una de las cuatro selecciones que jugará en categoría femenina por primera vez una competición oficial de waterpolo playa, que al contrario de lo que se esperaba no se jugará en el mar, sino en la propia piscina

Una de las tantas novedades que presentará este Campeonato del Mundo que comenzará el próximo 12 de julio en Gwangju pasa por la instauración de una nueva disciplina: la del waterpolo playa que la FINA presenta como un deporte de exhibición, puesto que se incluye dentro del programa de especialidades deportivas del mundial, pero con un formato reducido de cuatro países. En concreto juegan los primeros clasificados por continente del último Mundial celebrado en 2017 en Budapest. En el apartado femenino, la delegación española ha sido uno de los países invitados junto a Estados Unidos, China y Australia. La competición se jugará en base a un sistema de liguilla de todos contra todos entre los días 13 y 16 de julio con la final prevista para el 18 del mismo mes. La selección española que estará dirigida por Javi Aznar, entrenador del CN Sant Andreu femenino, debutará ante Australia. Y lo hará jugando en una piscina, y no en el mar, tal y como viene siendo habitual que se disputen los torneos de esta disciplina denominada en nuestro país como ‘beachpolo’.

Lo que sí cambiará radicalmente serán no sólo las dimensionas, que disminuyen al 15×10 metros, sino que a su vez el equipo también se reduce, ya que cada selección la formarán siete jugadoras, cuatro de ellas en el agua. Hablamos de tres jugadoras y una portera, o bien cuatro jugadoras de campo sin portera. En este último sistema, ninguna jugadora tendría los privilegios de la guardameta, por lo que no podría bloquear el balón con dos manos, por ejemplo. Además las porterías serán más pequeñas, mientras que el partido en sí es de dos tiempos de diez minutos, con un descanso de cinco minutos en medio de cada parte y posesión de 20 segundos, teniendo en cuenta que se trata de un juego sin interrupciones, por lo que más allá de que tras gol se saca de la portería y no del medio del campo, las expulsiones serán con entrada inmediata, ya que la expulsada debe tocar una baliza en una esquina antes de entrar de nuevo a la pileta.

Para el seleccionador español, «el juego es mucho más rápido, no hay paradas y pasas de defender a atacar en un segundo. La mentalidad es muy diferente, con un alto nivel de fatiga. Los cambios se pueden realizar en juego como pasa en el balonmano«, explica un técnico que para tal cita ha decidido convocar a jugadoras «con talento». Se trata de Alejandra Aznar, Silvia Morell y Anna Gual (CN Sant Andreu), Helena Lloret y Alba Bonamusa (La Sirena CN Mataró), Helena Dalmases (CE Mediterrani) y Sandra Domene (CN Terrass). Para hacer una idea del potencial de esta selección, lo cierto es que Gual y Lloret lograron el pasado verano la medalla de bronce en el Europeo de Barcelona a las órdenes de Miki Oca, mientras que el resto del equipo han sido parte activa de la consecución de diferentes títulos con las selecciones nacionales juvenil y junior. «La verdad es que tenemos poco bagage y cada día es un aprendizaje nuevo. Durante el Campeonato seguiremos evolucionando y seguramente acabemos con un control mucho mayor a medida que avance la competición. De momento cosas sencillas y fáciles. Uno contra uno y soluciones tácticas muy sencillas«, reconoce a WATERPOLISTA.com Aznar, quien considera que «tenemos un muy buen grupo y, a pesar de la novedad, no nos pasa otra cosa por la cabeza que no sea ganar».

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