Esto sólo acaba de empezar

La eliminación del equipo masculino de waterpolo a manos de Rusia en este Campeonato del Mundo de Budapest ha tenido muy diferentes lecturas, con críticas, algunas de ellas positivas, pero con mesura.

Mi lectura es que la importancia de la derrota radica en que se pierde la oportunidad de jugar más partidos con la élite del waterpolo, cuestión básica para el crecimiento de un equipo nuevo, con nuevo seleccionador y sin temor a equivocarme con un gran futuro. Más allá de ello, entiendo que se debe valorar que la renovación del equipo ha sido importante, seis jugadores de los JJOO de Rio han sido substituidos por jugadores jóvenes con proyección. No son seis jugadores cualesquiera, algunos de ellos con un peso trascendental en el equipo, Chalo Echenique, ahora con pasaporte italiano, Guillermo Molina, mito de nuestro deporte y quizás el mejor jugador en la cita carioca y Balu, nuestro boya, retornado a su natal Hungría.

«La consolidación de este equipo, con las correcciones que David Martín realice para mejorarlo merece un amplio margen de confianza»

Con esta situación afronta David Martín la renovación de una selección a la que se le demanda estar en las medallas y no se valora estar entre los cinco primeros del mundo. Creo sinceramente que el camino elegido es el correcto, se empieza por la base, miramos de buscar un portero que pueda ser el relevo, en su momento, de Dani e Iñaki, en esta ocasión la oportunidad ha sido para Pepe Motos, al que no se ha tenido en el banquillo sino que empezó ya jugando con Grecia en el partido inicial.

«Un plantel completo»

A los veteranos Blai, Minguell, Fran y Albert Español, se han unido jugadores que han asumido su nuevo rol de decisivos con éxito, Munarriz, el jugador que condiciona las defensas contrarias, Roger Tahull, mostrando que será un boya de referencia en el waterpolo mundial, con Víctor Gutiérrez a sus espaldas, con dos jugadores polivalentes como son Miguel de Toro y Alex Bustos y un cañonero , Alberto Barroso que con el ‘niño’ Álvaro Granados, un jugador diferente, con ángel, aseguran un perímetro que puede hacer daño. La consolidación de este equipo, con las correcciones que David Martín realice para mejorarlo merece un amplio margen de confianza.

Que el mundial no tenga consecuencias clasificatorias para próximas competiciones permitía trabajar con tranquilidad, sin renunciar a nada, no podemos obviar que Rusia era un obstáculo que aspirábamos a superar, pero era más importante tener seguridad en los pasos que se dan, como decimos en catalán: “poc a poc i bona lletra”.

La temporada próxima, con los clubes participando en las competiciones europeas, la World League y tener la gran competición en casa, servirán para que David Martín pueda pulir un equipo que en el europeo de Barcelona del año próximo consiga llegar perfilado, con aspiraciones, ilusionante y en camino de consolidarse.

twitter-bird@GasparVenturaM

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