Incombustible como siempre. Uno, dos y hasta tres jugadores puede tener encima Felipe Perrone que no le importa, todo lo contrario. Felipe es un deportista que basa su juego en un sinfín de virtudes: velocidad, potencia, visión y mucha pero que mucha calidad. Buena cuenta de ello pueden dar los cientos de aficionados que vivieron in situ la gran final europea en la noche de ayer en Budapest entre Jug y Olympiacos. En la Alfred Hajos, el brasileño consiguió acceder al selecto grupo de jugadores que cuentan en sus vitrinas con tres Copas de Europa. Y es que la mayoría de aficionados al waterpolo en nuestro país conocen de sobra la calidad que inunda el juego de Perrone, puesto que en sus ocho años de militancia en las filas del Atlétic Barceloneta conquistó el alma de nuestro deporte. Desde el pasado mes de octubre, sigue el mismo camino en Dubrovnik donde se ha convertido en el buque insignia del Jug junto al español Xavi García. La prensa croata le define como el mejor extranjero que ha pasado por la entidad que preside Lukša Jakobušić desde su nacimiento en 1923, comparándole con históricos como Nikola Janovic y Alexander Ivović, entre otros. Y es que Perrone llegó al Jug con un objetivo: impulsar el salto de calidad necesario como para que la entidad alcanzara el éxtasis deportivo. Y lo ha conseguido después de liderar tanto dentro como fuera del agua a un grupo de deportistas que han ganado esta temporada todo lo que han jugado. En lo personal, Perrone ha conseguido un nuevo reconocimiento individual. Al igual que ocurriera en la anterior edición celebrada en las Piscinas de Picornell, el internacional brasileño fue elegido MVP de la cita continental. Por el bien de nuestro deporte y sobretodo del mejor espectáculo, esperemos poder seguir viendo esta versión tan extraordinaria de Perrone. Sin más, gracias Felipe.
@etoster