Germán Yáñez y Ramiro Veich no faltaron a su cita con el gol

Con la intención de poner la primera piedra a su resurgir, Argentina se plantó en la ciudad peruana de Trujillo con la mente puesta en ser finalista, puesto que con el sólo hecho de jugar la final tendrían asegurada su presencia en los Juegos Panamericanos del próximo año que a su vez dan pasaporte para las Olimpiadas de Tokyo en 2020. Y por el momento lograron dar el primer paso, al haber terminado el Campeonato sudamericano en segunda plaza. Algo que le permite obtener el billete para el Campeonato más importante del continente americano. Lo cierto es que aunque el reto final es ambicioso, desde la selección celeste saben cuál es el camino a seguir si tienen como referencia los éxitos logrados por Argentina entre los años 50 y 70.

Etapa en la que lograron hitos de la talla de unos Juegos Panamericanos (concretamente el primero de la historia celebrado en 1951) y de varias finales más a sus espaldas. A día de hoy aunque no llegan a emular esos éxitos si que mantienen una línea ascendente, gracias en gran parte al matiz profesional que han adquirido algunos de los integrantes de la selección. Sin ir más lejos, de los trece internacionales, ochos juegan en Europa: Veich y Yáñez en Mataró, Corsi y Diego Malnero en en CN Catalunya, Felipe Simón en Echeyde y Martino en Granollers, Tomás Alfonso en Sete francés y Tomás Echenique en Italia. Concretamente vamos a poner el foco en dos de ellos. Ambos comparten vestuario en España. Hablamos de Germán Yáñez y Ramiro Veich, los cuales no sólo se han convertido en dos de las piezas más importantes del puzzle que se trae ente manos en el Quadis CN Mataró Beto Fernández, sino que a su vez comparten protagonismo con el equipo nacional. Y lo volvieron a demostrar una vez más en Perú.

Un gran privilegio

Ambos tienen claro que jugar con Argentina es un verdadero orgullo, «tanto a nivel deportivo como emocional». «Principalmente porque desde que volví a la selección en 2010 he coincidido con una generación de jugadores de mucha calidad y porque desde el primer día me recibieron con mucho cariño y respeto«, reconoce a WATERPOLISTA.com Yáñez, quien desvela que para él su participación como internacional «supone la responsabilidad de cumplir con los objetivos y mantener el apoyo a la selección. Supone asumir la exigencia necesaria para que la selección sea reconocida en el plano internacional y por último y más importante, supone simplemente representar a mi madre que me inició en el deporte, mi padre que me acompañó siempre y mis hermanos, todos ellos ex jugadores«.

El camino hasta aquí no ha sido nada fácil si tenemos en cuenta que de manera particular Germán es internacional desde 1997 cuando debutó con la selección junior en un Sudamericano celebrado en Colombia y donde terminó máximo goleador. Dos años después jugó su primer compromiso con la absoluta en un Panamericano en Canadá. No obstante, tiene claro cúales son sus mejores recuerdos con el gorro celeste: «los oros en los Sudamericanos de Belem 2012 y Asuncion 2016 junto con la participación de Argentina por primera vez en un mundial de Kazán en 2015». Y es que cada paso dado por esta generación de jugadores ha supuesto una nueva avance para el waterpolo argentino que continúa contando tanto con él como con Ramiro con la intención de hacer efectivo sus diferentes retos. «Contar con nosotros es sumar experiencia y veteranía y todo lo que eso conlleva. Con Ramiro siempre estamos dispuestos a ayudar a los mas jóvenes como al cuerpo técnico. Aportamos gol y defensa», puntualiza Germán, sabiendo que «el futuro de la Selección depende del provecho que se le haya sacado a lo vivido los últimos años donde Argentina ha viajado mucho y ha tenido mucho roce internacional, tanto jugadores como cuerpo técnico deben transmitir esa experiencia dentro del waterpolo argentino y así formar jugadores preparados para lo que es el waterpolo internacional«.

@etoster