El encuentro de ayer entre Estados Unidos y España (al igual que el España – Italia del pasado sábado) fue un partido a cara de perro, en el que la realidad superó la ficción. Todo el mundo se esperaba un compromiso competido en el que el más mínimo detalle marcaría el devenir del mismo. Y así fue. Una de las explicaciones que podemos encontrar al triunfo español puede ser la intensidad que transmitió el juego de los pupilos de Gabi Hernández, sobretodo en los instantes iniciales. La derrota en el primer partido ante los italianos dolió mucho, sobretodo por la forma que se produjo. Aún así, una vez avanzaron las horas, el equipo fue realizando un análisis más crítico del partido. La derrota se tenía que convertir en un arma a utilizar ante Estados Unidos. Parecía un partido más, pero no lo era. El encuentro ante Tony Azevedo y compañía sería un punto de inflexión en el que España tendría que ser la mejor España de los últimos tiempos. Y así fue. Todos salieron enchufados desde el principio. No obstante, si hay que destacar en este sentido a alguien, ese es Chalo Echenique. El jugador hispano – argentino fue el encargado de guiar a nuestra selección ante la meta de Merril Moses que vio como hasta en tres ocasiones el nuevo jugador del Pro Recco llevó el esférico al fondo de la red. Tuvo un cincuenta por ciento de efectividad con tres goles en seis lanzamientos. El último de contraataque. «Fue un partido muy intenso y físico. Sabíamos que sería así y estábamos preparados para ello», reconoció a WATERPOLISTA.com tras el partido Chalo, el cual aseguró que «queda mucho todavía, muchos partidos. Hoy había que ganar sí o sí». Por último, en cuanto a su expulsión el internacional con España cree que empezó «muy enchufado y me entraron los primeros tiros. Contento por eso pero no tanto por la expulsión que empaño mi actuación. Fue una lástima porque no tuve intención de darle pero le di con mi mano en su cara».
@etoster