Pepe Ruiz: la voz del waterpolo

Sorpresa. Incredulidad. Indignación. Tres palabras que pueden describir mis sentimientos al conocer la muerte de Pepe Ruiz Orland. Una muerte inesperada, de aquellas que podemos calificar sin sentido, si alguna lo tiene, pues Pepe, era la imagen del bienestar, de disfrutar de la vida, de tomárselo todo con filosofía, pero, una vez más, sin un porque sin que lo podamos explicar, llega la sentencia definitiva que nos llena de dolor e incomprensión. Los más jóvenes no conocerán a Pepe Ruiz y lo que ha significado para nuestro deporte, hablo de la natación y el waterpolo. Pepe, jugador de waterpolo del CN Barceloneta, aún no era Atlétic como lo conocemos ahora, llegando a la selección nacional, pero, su amor a nuestro deporte, se hizo más patente y reconocido, cuando, en su profesión, como periodista, comentarista de TVE, era la voz que nos comentaba las retransmisiones de natación y waterpolo que, desde TV2 o Teledeporte mayoritariamente se realizaban.

Tal como crecía nuestro waterpolo, con importantes resultados a nivel internacional, más se reconocía la labor de Pepe Ruiz Orland, puesto que creó una forma de narrar los partidos, de vivirlos, siempre con la elegancia que le personificaba. Era su forma de ser. Yo tuve la suerte de compartir diferentes competiciones como soporte técnico, estar a su lado, era fácil, era todo control, nada escapaba a su saber hacer. No me corrijas si he errado en algún nombre, con el dedo te doy paso para que comentes, entre otras, era su forma de que las retransmisiones fueran de acuerdo a su criterio, como entendía que debían ser. Contenía en lo posible sus emociones, que las tenía, por los resultados, las jugadas de los que eran sus jugadores, sus amigos, su selección, sus clubes. Uno de los partidos que hicimos juntos fue la final de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, fue una lección de como comentar un partido, logrando hacer vivir las emociones a los que lo seguían por televisión conteniendo las emociones propias. El fue para el waterpolo lo que el maestro Juan José Castillo fue para el tenis.

Ahora, su imagen de gentelman, siempre vestido elegantemente, a la moda, impecable, perennemente educado, sin levantar la voz, impertérrito ante las situaciones más complicadas, siempre con las palabras justas , sin explotar, nos quedará en el recuerdo, con su perfil de efigie griega, leyendo un libro al sol, estirado en la hamaca en la piscina descubierta de la piscina de Sant Sebastià, la que era su casa. Pepe, el mundo del waterpolo, al que has querido y te ha querido, no te olvidará. Descansa en paz.

@GasparVenturaM