Y qué nadie le quite el waterpolo a Iván Losa: radiografía a su vida

Repasamos en WATERPOLISTA.com la trayectoria deportiva de un amante del waterpolo que habiendo destacado en su etapa en activo, ahora a sus 45 años sigue entrenando a su máximo nivel

Los inicios de Iván Losa en el waterpolo tienen su razón de ser de su visita al Mundial de Madrid en 1986. Allí no sólo tuvo su primer contacto con el balón amarillo sino que junto a sus padres tuvo la oportunidad e compartir momentos con jugadores de la selección española de aquel momento, y empaparse del waterpolo de antaño, particularmente viviendo in situ la final más histórica que tuvo varias prórrogas y gol de oro. A partir de ahí decidió dar un paso adelante y con 10 años comenzar a jugar por medio del CN Atlétic Barceloneta y de la mano de Vicenç Monsonís ‘Monso’. «Era un entrenador entrañable, yde otra época, que inculcaba disciplina, persistencia, seriedad y esfuerzo. Todo ello dentro de un buen entorno en la piscina del Parque Marítimo. Siempre tendré pensamientos especiales hacia él«, recuerda en WATERPOLISTA.com el catalán quien tres años después se incorporó al CN Barcelona y paso a formar parte del Centro de Alto Rendimiento de la Blume. Con 14 años debutó en su primer partido con el absoluto. Fue en un torneo de pretemporada celebrado en Terrassa en el año 1990.

| Una grave lesión no le paró

A partir de entonces la trayectoria deportiva de Losa ha tenido varias fases, y en su mayoría marcada por un hecho clave, puesto que una grave lesión cortó de lleno la alta proyección que venía protagonizando. Se trató de la rotura de la columna vertebral. «Fue un parón en seco a mi proyección, ya que incluso tuvo un riesgo de un 40% de no poder caminar nunca más. La recuperación fue de un año muy duro, con dos intervenciones, y a través del esfuerzo, la fuerza de voluntad, la persistencia y el amor por el waterpolo volví a poder jugar de gran nivel«, relata Losa que tras su completa recuperación y su regreso al más alto nivel fue a más por medio del propio CNB con quien no sólo triunfo a nivel nacional, sino también a título internacional por medio del título de campeón de la Copa LEN en 1995. Tras esta etapa, regresa al CNAB, pero lo hizo en una época que su situación familiar y personal no era la habitual. Sin embargo, se mantuvo durante un largo tiempo como profesional, hasta que decidió dar prioridad a su formación académica, cambiando la División de Honor por la Primera División. Si no fuera poca la aventura, estuvo cinco años jugando la Liga inglesa. «El nivel no era el de España pero allí me encuentro una calidez y un amor por el waterpolo que me hacen encontrar amigos en sitios donde no hubiera pensado«, comenta un jugador que cuando ya no esperaba regresar a la máxima categoría una llamada en su vuelta a Barcelona le llevó en 2014 al CN Sant Andreu para jugar una Copa del Rey debido a la lesión de un jugador. Finalmente estuvo dos temporada y jugó cuatro finales. Una de ellas sumando el primer título de la historia del CNSA: la Supercopa de España ganada al CNAB. «Fue reencontrar grandes sensaciones», puntualiza.

En este sentido, Losa pone en valor que a pesar de pasar por innumerables clubes, el CNB es una entidad de la que siempre ha guardado una relación especial, siendo hoy día socio del club y yendo cada día a las instalaciones a entrenar junto a un grupo de amigos. No obstante, considera por otro lado que más que un club, recuerda con cariño personas que le han aportado mucho a lo largo de su trayectoria deportiva. «Hablo de un grupo humano de gran calidez que aman el waterpolo como yo y que se quedan en tu memoria para siempre«, comenta un jugador que ve diferencias entre el waterpolo de su época inicial con el de ahora: «yo he jugado en el equipos absolutos durante muchas décadas, desde los años 90 hasta cerca del 2020. Definitivamente el waterpolo ha cambiado. Antes era un juego más contundente. Ahora se ha ido transformando, a uno más físico, donde las reglas ha rebajado la dureza, con una mayor movilidad. Para mi tipo de juego me hubiera beneficiado más las reglas de ahora, porque era un jugador muy explosivo. Es un tipo de waterpolo que me hubiera favorecido. Me gusta, pero lo que no me gusta del actual waterpolo es el problema estructural, principalmente en el plano económico, donde muchos jugadores no perciben un salario digno a pesar del esfuerzo que le dedican. Antes de cobrara bastante más que ahora», apunta.

En todo caso, Losa entiende que el waterpolo es un deporte que le ha permitido forjar un carácter diferente a los demás, ya que según desvela te permite adquirir aptitudes para la vida como el esfuerzo, la superación, y la competitividad. «Son cosas que por mucho que pase el tiempo, nunca abandonas«, detalle un deportista catalán que a día de hoy continúa entrenando. Y lo hace a «su» máximo nivel por medio del UE Horta, con quien se ejercita a sus 45 años, sin olvidar una etapa en activo en el plano profesional que recuerda con muchísimo cariño. «Claro que se echa de menos la vida del deportista donde solo existía entrenos, amigos, compañeros y desafíos. Era una vida más relajada pero que entrañaba sus complicaciones, ya que entre otras cosas considero que en el deporte nunca hay pasado, puesto que siempre se vive del presente«, sentencia.

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