Yurismel Horta: historia viva del waterpolo

Conocemos a un deportista que para muchos fue durante muchos años uno de los mejores porteros de la Liga española en su periplo por un histórico español como ha sido siempre el CN Martiánez

Un problema de asma detectado cuando era pequeño provocó que Yurismel Horta emprendiera un exitoso y amplio camino vinculado al waterpolo. Comenzó en Cuba, su país de origen allá por el año 1985 y desde entonces ha logrado mantener una estrecha relación con el balón amarillo que se centró principalmente en su periplo por el CN Martiánez a donde llegó en el año 1999 después de que participara en un torneo celebrado en Tenerife junto a la selección nacional cubana. «Recuerdo que fue un gran torneo y una muy buena experiencia y desde ese momento me propuse venir a jugar la Liga española», reconoce a WATERPOLISTA.com Horta, quien tuvo que esperar hasta el 2001 para cruzar el charco y recalar en el equipo de Puerto de la Cruz, allí ha residido hasta día de hoy donde vive junto a su mujer y sus dos hijos.

Lo cierto es que los tiempos han cambiado, y mucho, puesto que cuando llegó a la Isla, el waterpolo vivía uno de sus mejores momentos en el país: grandes sueldos, mayor repercusión y un impacto mediático envidiable. «Jugar en la liga español en aquel momento supuso para mi una gran motivación, no hablábamos de cualquier liga, era una de las dos mejores de Europa llena de grandes estrellas«, recuerdo con cariño el hispano – cubano quien desvela que por aquel entonces «había mucho nivel», puesto que según explica, «los clubes tenian buenos presupuestos y la posibilidad de fichar a los mejores, cada partido era una final», puntualiza un deportista que a su vez no sólo vivió uno de los mejores momentos del Campeonato, sino también uno de los momentos más exitosos del CN Martiánez, un histórico del waterpolo español que fue una referencia para todo el archipiélago canario. «El Martiánez fue todo para mi, no solo fue deporte también amigos, familia y sobretodo estabilidad«, asegura Horta, quien a su vez reconoce que el mejor momento fue cuando terminaron quintos en la Liga, logrando clasificarse para jugar en Europa, ya que disputaron allá por el año 2004 la Copa LEN. Sin embargo, lo bueno se terminó por un cúmulo de situaciones, pero principalmente por la desidia de políticos y directivos poco comprometidos con el waterpolo. «Uno de los peores momentos que he vivido como deportista ha sido el ver como desaparecía el club«, puntualiza.

Cuando en 2011, la directiva del club decidió cargarse al equipo absoluto, él junto al bloque duro de la plantilla optó por sumarse y arrimar el hombro al proyecto que venía realizando el Tenerife Echeyde quien ese mismo año había logrado el ascenso a Primera División. «Al desaparecer el Martianez ya no me apetecía irme a jugar a otra liga, el Echeyde acababa de subir a primera y tenía un buen proyecto para llegar a División de Honor, fue un gran cambio pero también una buena etapa en mi carrera», reconoce un deportista eu fue clave en el ascenso a División de Honor del equipo, donde llegó a jugar hasta que decidió colgar el gorro para pasar a asumir el rol de entrenador, algo que supuso para él un cambio, a la par que un nuevo reto que afrontó con ilusión. «Fue una gran experiencia», puntualiza alguien que echa de menos el waterpolo, ya que aunque lo sigue de cerca no vive el día a día que es lo que realmente te engancha. No obstante, no pierde ojo de la actualidad de su deporte, ya que entiende que a día de hoy «el waterpolo español ha pasado por una etapa muy dura en esta última década que ha obligado a todos los clubes a reinventarse tanto en lo económico como en lo deportivo pero creo que mantiene su esencia, jugadores rápidos con mucha técnica y fuerza, grandes jugadas tácticas y mucho juego en equipo«, concluye.

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