Anni Espar: «Encontrar una manera de conseguir esa igualdad, cómo la hay en otras ligas, sería bueno para nuestro deporte»

Aviso al lector para que pueda entender el contexto de la entrevista. Las preguntas se enviaron poco después de finalizar las ligas nacionales, y antes del mundial. Es por ello que el lector quizás no comprenda el por qué de algunas preguntas, y quizás también el por qué no se han formulado otras aprovechando que el mundial ya finalizó. Un servidor entiende que es una entrevista muy amplia y que requiere su tiempo. Además una vez se acercaba el mundial teníamos claro que Anni únicamente debía tener su 100% en la selección, y que mejor responder al acabar. Asimismo introducir nuevas y más preguntas lo entendía como un abuso y un trabajo para ella todavía mayor. Aun así se trata de una amplia e interesante entrevista.

– ¿Es un «fracaso» no haber ganado la liga ante un rival que tenía como ausencia a su jugadora referente y mejor boya mundial, Maica García, además de otra jugadora de mucho nivel como la neerlandesa Keunning?
«Evidentemente no ganar la liga fue una decepción para mí, ya que durante todo el año habíamos demostrado un gran nivel y la posibilidad de competir con cualquiera. Sin embargo, el Sabadell seguía siendo un equipo de grandísimo nivel con muy buenas jugadoras a pesar de estas dos bajas».

– La gran mayoría de opiniones antes de empezar la final estaba dividida al 50% para cada equipo, pero una vez confirmada la ausencia por lesión de Maica, las «apuestas» se decantaron ostensiblemente a favor de Mataró, y más después de vuestra victoria en la final de la Copa de la Reina. ¿Cuéntanos para ti cuáles fueron las claves para no haber llevado la liga a Mataró? ¿En dónde fallasteis?
«Creo que defensivamente no estuvimos tan bien como en la Copa de la Reina. Para ganar a un equipo de la calidad del Sabadell, necesitas hacer las cosas perfectas en defensa para tener opciones. Conseguimos esa perfección en la Copa de la Reina. Sin embargo, en la final, no estuvimos tan bien».

– Dani Ballart dijo después de la final unas palabras que fueron muy comentadas en el mundo del waterpolo nacional, donde afirmaba que el CN Mataró era un equipo pequeño comparado con el transatlántico del CN Sabadell. ¿Estás de acuerdo con sus palabras? Por historia evidentemente sí pero creo no equivocarme que la plantilla vuestra era de un nivel altísimo a la altura del rival.
«Esas palabras son peligrosas porque se pueden malinterpretar. No se refería a equipo pequeño en cuanto al talento del equipo, pero sí en cuanto al histórico de títulos en comparación a un club como el Sabadell. Y aunque todavía le quede mucho recorrido a este equipo para llegar a compararse entre los clubes más históricos en cuanto a títulos, creo que Mataró es un gran club que se ha ganado también el respeto entre los mejores de Europa».

– No tengo ningún reparo en reconocer que para mí (aquí cada uno tendrá y debe tener su opinión) Blanca Gil, Maica García y tú, sois el top 3 a día de hoy de la historia del waterpolo femenino español, pero sin embargo he visto a una Anni Espar irreconocible en esta final. Una Anni que incluso en un momento clave de la final prefirió dejarle lanzar a Van de Kraats un penalti, antes de tomar ella la responsabilidad como de costumbre. ¿Cómo te has sentido durante toda la serie de la final y que valoración personal haces de ti misma?
«Como he dicho anteriormente, decepcionada con el resultado. A veces, las cosas no salen como una quiere a pesar del esfuerzo y del trabajo. El tema de los penaltis no tiene nada que ver con la responsabilidad. Son cosas que tenemos habladas y hay que saber asumir qué es lo mejor para el equipo. Simone prefería no lanzar penaltis a Debby, su portera de selección, y en mi caso, lo mismo ocurría con Laura. Pero si ella no hubiese querido lanzarlo en dicho momento del partido, no hubiese tenido ningún problema en asumir esa responsabilidad».

– Quizás dos de las imagénes más icónicas del waterpolo español de los últimos 30 años sean el beso que Jesús Rollán siempre daba a la pelota antes de empezar cada parte, y tu eterna sonrisa durante cada segundo del partido y que las cámaras tan bien captaban. Sin embargo y si ves toda la serie de la final, esa sonrisa no aparece. ¿Cuándo la perdiste? ¿Ya la has recuperado?
«Supongo que cuando las cosas no salen bien, cuesta más. Aunque debo decir que mi sonrisa se debe a lo que me apasiona este deporte, cuando van bien las cosas, y también cuando no. Así que sí, la he recuperado a pesar de no haber estado al nivel que me gustaría».

– En líneas generales eres para tod@s los entrenador@s, compañeras y rivales la jugadora perfecta: muy inteligente, gran visión de juego, buena nadadora, excelente en el contraataque, brillante defensora, enorme lanzamiento y capaz de jugar de manera brillante en cualquier posición del arco. Sin lugar a dudas un ejemplo en toda regla para las futuras generaciones. ¿Dime según tú cuáles son los aspectos que crees que aún tienes que mejorar si crees que hay algo en lo que piensas que debes hacerlo? Y de todo lo dicho anteriormente ¿cuál es tu mejor virtud?
«Por supuesto que puedo seguir mejorando. En todos y cada uno de los aspectos que mencionas creo que puedo seguir creciendo. Mi mejor virtud creo que es la visión de juego. Me encanta jugar para el equipo».

– Algunos lo sabrán y quizás muchos otros no, pero teniendo a un padre que es toda una institución en el balonmano nacional como Xesco Espar, campeón de la Copa de Europa en 2005 como entrenador del todopoderoso FC Barcelona, uno se pregunta cómo tu hermana y tú no seguistéis sus pasos eligiendo el balonmano como deporte. ¿Por qué? ¿y por qué el waterpolo y no otro deporte?
«Porque de pequeñas nuestros padres nos dieron la opción de escoger nosotras qué queríamos hacer, e hicimos de todo: natación, baloncesto, tenis, voleibol. Seguramente si hubiese escogido mi padre hubiésemos hecho balonmano, pero por suerte, elegimos nosotras y descubrimos este deporte que nos apasiona».

– El mundo del deporte tiene muchas historias sorprendentes de estrellas que fueron muy grandes en dos deportes diferentes, por ejemplo el caso de Jim Thorpe que fue medallista olímpico en decatlón y pentatlón, profesional también de baloncesto y béisbol, y para rizar el rizo incluso se encuentra en el salón de la fama de la NFL (fútbol americano), o el caso también excepcional de una de las grandes leyendas de la NBA, Will Chamberlain, que era tan bueno jugando al voleibol que se encuentra también en su salón de fama, aparte de el de baloncesto. ¿Hay algún otro deporte que puedas afirmar que lo haces muy bien y de haberte decidido a practicarlo en serio, crees que hubieses llegado igual de lejos que con el waterpolo?
«La verdad es que me encanta practicar cualquier tipo de deporte. De pequeña me gustaba mucho el tenis y llegué a ganar algún torneo, pero me parecía demasiado duro el no poder compartirlo y no me lo pasaba tan bien como jugando a waterpolo o baloncesto con mis amigas. Siempre he reconocido que lo que me hizo elegir el waterpolo fue el hecho que fuera un deporte de equipo».

– Tu hermana Clara ha sido y es una muy buena jugadora, pero siempre un escalón por debajo de tu nivel. Se puede afirmar que casi siempre te has llevado los mejores elogios y premios. ¿Ha afectado este hecho alguna vez en la relación entre vosotras dos?
«Me sorprende esa pregunta y supongo que no tienes hermanos (la historia está llena de hermanos o hermanas deportistas con una relación más o menos compleja, por eso es maravilloso preguntar directamente para conocer este tipo de relaciones. Por cierto y a los que les guste las grandes historias de hermanos y el deporte, leed la fabulosa historia de los hermanos Dassler y cómo se creó ADIDAS Y PUMA. Es fascinante). La relación con mi hermana va mucho más allá de lo que un título o un premio puede significar así que obviamente eso nunca ha afectado a nuestra relación, y puedo afirmar que no ha habido nada tan bonito y emocionante como compartir los logros junto a ella».

– Siguiendo con Clara. ¿Qué está pasando para que en pocos meses tu hermana, Roser Tarragó, Marta Bach y María Elena Sánchez, hayan renunciado a la selección absoluta siendo tan jóvenes todavía y con París más cerca que nunca?
«Todas estas jugadoras llevan muchos años en el alto rendimiento y sacrificando muchísimas horas, que implican renunciar a muchas otras cosas que también nos gustan. Es normal que esto pase, hay etapas y estas jugadoras han sentido la necesidad de dedicarse a otras cosas».

– ¿Tendremos a Anni Espar jugando hasta? Por edad y por nivel podrías jugar las siguientes tres olimpiadas; París, Los Ángeles y Brisbane, este último en el 2032 donde cumplirías 39 años, uno menos que por ejemplo «El Muro» Dani Pinedo en su última olimpiada en Tokio. ¿Te ves jugando muchos años más?
«Hasta que deje de apasionarme o hasta que mi cuerpo me lo permita. Tres olimpiadas más me parece una barbaridad, pero cómo decimos siempre, partido a partido.»

– Hablando de USA y Australia, que junto a España son los tres países donde has estado jugando. ¿Qué diferencias de entrenamiento, filosofía de juego y actitud para con el deporte, has encontrado entre estos tres países?
«Esta pregunta sola daría para un gran análisis profundo. A rasgos generales diría que estas dos potencias son equipos mucho más fuertes y físicos. Destacar también la importancia que se le da a la parte táctica en Estados Unidos, dónde el día antes del partido tenías que estudiar a fondo al rival jugadora por jugadora».

– ¿Es cierto lo que se comenta que vas a irte de nuevo a jugar y a vivir a Australia el año que viene?
«Sí. Lo que empezó siendo un rumor parece ser que se convertirá en realidad».

– Si tuvieses a día de hoy que recordar tus mejores tres momentos como jugadora ¿cuáles serían? Puedes ir hasta cuando eras muy pequeña. Aquello de lo que te sientas tremendamente muy orgullosa. A veces los títulos conseguidos hacen olvidar momentos aún más bonitos vividos.
«Difícil quedarme sólo con tres. Probablemente la final olímpica en Londres 2012 y la del Mundial en casa en 2013, y también me quedo con el título de USC, en la final más larga de la historia, ganando la NCAA en 2013».

– ¿Tu peor momento deportivo? ¿Fue tan duro que incluso en algún momento llegaste a pensar “lo dejo”?
«La final olímpica de Tokyo fue muy dura. Pero por suerte he recuperado las ganas de volver todavía con más fuerza».

– ¿Si la selección femenina de Estados Unidos no tuviera como guardameta a Asleigh Jonhson, seguiría aplastando a su rivales como hasta ahora? ¿Por qué las americanas son tan buenas y qué tienen que no tengan las demás selecciones?
«El otro día aplastaron a Italia en semifinales jugando todo el partido con la segunda portera. Creo que son tan buenas porque tienen un nivel de competitividad que no existe en otras selecciones (allí, las jugadoras se juegan el puesto para entrar en el equipo de la Universidad que cuenta con 13-18 jugadoras), imagínate para entrar en la selección».

– ¿Es verdad lo que alguna vez he oído que te gusta mucho más entrenar que jugar partidos o es una leyenda urbana?
«Me sorprende esta pregunta porque nunca me ha llegado esta leyenda urbana. No hay nada que me guste más que competir. Bueno sí, GANAR».

– Siempre has comentado que las sesiones de yoga que tuvisteis durante varios años en la selección te beneficiaron mucho. ¿En qué mejoraba tu rendimiento con el yoga? ¿Lo consideras beneficioso para ser mejor waterpolista?
«Siempre está bien encontrar diferentes maneras de cuidar tu cuerpo para rendir mejor. El yoga nos ayudaba en ese sentido, a equilibrarnos, y mejorar en fuerza y flexibilidad».

– ¿Qué será de ti una vez dejes de jugar? ¿Qué estudios universitarios tienes? ¿La idea es seguir ligada de alguna manera u otra al waterpolo, o una vez cuelgues el gorro lo aparcarás definitivamente? Creo opinar igual que much@s otr@s que una Anni Espar entrenadora con toda tu experiencia e inteligencia, debe ser la bomba.
«Todavía no lo sé. He estudiado business administration e hice un MBA posteriormente. De momento sigo pensando en estudiar y formándome para mi futuro, que por ahora, está lejos de los banquillos».

– Hablando de entrenador@s. ¿Cuánto tardaremos en ver a las chicas siendo las máximas responsables de equipos masculinos?
«Esperemos que poco tiempo. De hecho, ya se van viendo grandes ex-jugadoras, como Marina Zablith o Marian Díaz en los banquillos, y creo que eso es buenísimo para nuestro deporte».

– La última sobre entrenador@s. La llegada de David Palma en su día al primer equipo absoluto del CN Sabadell coincidió un año después con la salida de muchísimas jugadoras del club, como Paula Leiton, Bea Ortíz y Pili Peña al Terrassa, y la tuya misma a Mataró. ¿Fue toda una casualidad o pasó algo que nadie nunca ha querido contar?
«Personalmente, la necesidad de nuevos retos y proyectos es lo que siempre me ha llevado a estar en un sitio u otro. Acabé contrato y tenía ganas de más competición, de no ganar fácil cada fin de semana aunque eso pudiera suponer perder partidos y títulos, y debo decir que no me arrepiento nada de mi decisión. Soy muy feliz en Mataró».

– Durante muchos años la liga femenina ha sido muy aburrida al igual que la masculina, con dos equipos CNAB en chicos y CN Sabadell en chicas, que ganaban cada año todos los partidos (los marineros lo siguen haciendo) casi de calle, no en vano ambos conjuntos tenían casi siempre todos los integrantes de la selección nacional en sus filas. ¿En tu opinión que aporta al waterpolo en general que un equipo tenga tanta superioridad? ¿Cómo puede interesar a alguien que no sigue nuestro deporte esta superioridad tan abismal?
«Está claro que cuánto más competitiva la liga, más sube el nivel y además más engancha a los espectadores. Encontrar una manera de conseguir esa igualdad, cómo la hay en otras ligas (húngara, italiana) sería bueno para nuestro deporte».

– ¿Cómo verías una liga femenina similar a la NBA de baloncesto, donde sus mejores estrellas se dividen entre todos los equipos de la liga, donde cualquiera pudiera salir campeón?
«Pues esto es un poco lo que ha pasado en estos tres últimos años y a mí me ha encantado. Sin embargo, me temo que el año que viene volverá la dominancia de un equipo que contará con 7-8 jugadoras de selección».

– ¿Por qué no hay una champions femenina a la altura de la de los chicos? Ha habido años que se ha ganado la champions femenina jugando únicamente 7 u 8 partidos, en claro contraste con el masculino donde la fase de grupos te lleva ya a jugar un mínimo de 14 partidos, sin contar los 3 de la final a 8 y los que hayan venido de las fases previas. ¿Crees que no se está haciendo realmente un gran esfuerzo en las altas esferas por el waterpolo femenino, o es que realmente la competición no puede dar para más?
«Empecemos igualando los recursos que se destinan a una u otra y quizás entonces podré responder esa pregunta».

– ¿Cuál es tu opinión sobre que los cuatro equipos eliminados en cuartos de la champions, vayan directamente a semifinales de la segunda competición europea femenina, que por otra parte no tiene ningún participante más? ¿No es un poco surrealista?
«No tiene ningún otro participante porque así es como se ha establecido la competición, no por falta de equipos. Creo que hay grandes equipos femeninos en Europa, incluso entre los que se quedan fuera de esas dos fases finales».

– Otro de los aspectos que el waterpolo femenino debe mejorar es el aspecto económico, ya que todavía se encuentra a años luz del masculino, y no es que este último esté pasando sus mejores años. Aún así tú puedes considerarte una auténtica privilegiada porque entre salario de club y selección con el ADO, has podido acumular buenos y merecidos ingresos. ¿Lo suficiente para haberte podido comprar del tirón un piso o una casa? O como decía Chus Martín ¿ni al máximo nivel da para mucho más que vivir al día?
«No me he comprado ningún piso o casa, y mucho menos del tirón. Hablamos de waterpolo, y en mi opinión, los ingresos están muy lejos de lo que nos gustaría a todos».