Cómo el USC reconquistó la NCAA cuatro años después

Los 'Trojans' con Jovan Vavic volvieron a alzarse con el título más importante del waterpolo estadounidense; nuestro corresponsal en USA analiza el camino hasta el éxito

No está claro cuáles le habrían parecidos más largos al entrenador de USC, Jovan Vavic: o los últimos cuatro años, o los últimos ocho minutos de la gran final NCAA de 2018. Porque a pesar de haber disputado la cita más esperada del año durante las últimas 14 temporadas consecutivas, él y su equipo no había alzado el trofeo nacional desde 2013. Y porque durante el último cuarto de ésta final, disputada el pasado 2 de diciembre, Vavic veía como una ventaja de 4-11 desaparecía poquito a poco hasta un 11-13 a falta de 58 segundos.

Pero al final aguantaron los Trojans y ganaron por 12-14 contra el anfitrión Stanford en la final con más goles de toda la historia del campeonato NCAA masculino. USC acabó la temporada con 30 victorias — la máxima cantidad de su historia en una campaña — y 2 derrotas. Éste título es el décimo para el equipo masculino de USC. Además la universidad es el dueño del waterpolo universitario en 2018 tras haber ganado el doblete; el equipo femenino fue campeón de la NCAA esta pasada primavera tras ganar, también a Stanford, por 5-4. Por su parte, Stanford cerró la campaña con 21 victorias y 3 derrotas, y no ha ganado el campeonato NCAA desde 2002. Dos goles les separaron a los dos equipos en ambos encuentros anteriores durante esta temporada: Stanford ganó por 13-11 mientras USC ganó por 7-5.

A nivel individual en este partido lideró a los Trojans el zurdo croata Jacob Mercep con 5 dianas mientras el boya estadounidense Ben Hallock, que también milita en la selección de EEUU, le igualó. Nic Porter, el portero australiano de USC, acabó con 12 paradas mientras Oliver Lewis de Stanford tuvo 4. También se destacó el juego en equipo mostrado por USC al tener 9 jugadores distintos marcar gol.

USC salió como motos en el primer parcial anotando 5 goles sin encajar ninguno. La ventaja llegó a ser hasta 0-6 antes de que marcara Dylan Woodhead para Stanford en el segundo periodo. Pero respondió USC a través de Hannes Daube, el jugador de primer año que ya ha jugado con la selección estadounidense, para marcar el 1-7 con que se vio el electrónico al ecuador del encuentro. Un parcial de 3-4 a favor de USC en el tercer cuarto abrió la ventaja hasta 4-11, pero supo reaccionar Stanford.

Casi rescató el partido en sus propias instalaciones, marcando 8 goles, pero no hubo suficiente tiempo. Una jugada clave llegó a falta de 1:37 para el final con un ajustado 10-13 en el marcador. Se le escapó el balón a Hallock al intentar transformar un penalti, un momento que seguramente hubiera cambiado el partido.

Una semifinal fatídica

Los Trojans tuvieron más dificultad en la semifinal ante su eterno rival, UCLA. Los equipos de Los Ángeles lucharon de tú a tú durante todo el encuentro—el marcador mostró empate tras los tres primeros parciales. Unos días antes, en el campeonato MPSF, UCLA ganó a USC por 4-7 mientras USC ganó en el primer encuentro de la temporada entre sí por 11-12. A falta de 5 segundos para acabar esta semifinal intensa, el boya de tercer año Sam Slobodien marcó el 8-7 que valió el billete a la gran final. Fuera de la rivalidad que conviene ser de la misma ciudad, UCLA había ganado a USC en tres de las últimas cuatro finales (2017, 2015, 2014).

En la otra semifinal Stanford ganó con facilidad a UC San Diego por 16-7. USC solo perderá a dos jugadores de este equipo. Pero al recordar que ha disputado las 14 últimas finales consecutivas, da igual la plantilla que tenga, Jovan Vavic sabe preparar sus hombres para luchar para el anillo de campeón. a única duda es cuánto tiempo vaya a tener que esperar para conseguir el siguiente.

twitter-bird@D_Harg

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