Irene González, la tres veces ‘The Big West Player’ con Hawaii

La jugadora catalana cerró su tercer año en la Hawaii University con quien a pesar de quedarse a las puertas de la NCAA se convirtió en la referente del equipo hasta el punto de haber terminado en el año en el 'siete ideal' de la conferencia oeste

Irene González sigue haciendo historia en su tercera temporada compitiendo con la Hawaii University en la afamada liga universitaria de Estados Unidos, considerada (por algunos) como la mejor competición del mundo en el del waterpolo femenino, o al menos la de mayor nivel competitivo. La jugadora catalana cierra su participación en el Campeonato norteamericano siendo elegida hasta en tres ocasiones como ‘The Big West Player’, formando parte, además, del ‘All American First Team’. Una vez llegó a su fin la Liga, la que fuera jugadora del CN Rubí, entre otros clubes atendió a WATERPOLISTA.com con la intención de hacer balance de un año «único«.

Vayamos al inicio de esta aventura. Tres años atrás Irene tuvo sobre la mesa una oferta muy tentadora: una beca prorrogable hasta cuatro años para estudiar y jugar en Estados Unidos. «Se me presentó la posibilidad de aprender un idioma, de vivir otra cultura, de tener una formación académica a la que yo siempre he querido optar y todo ello pudiendo compaginarlo con el waterpolo al más alto nivel«, explica González, quien después de lo vivido se muestra sumamente satisfecha (sobretodo) por lo que respecta al ámbito deportivo, puesto que ha superado sus propias expectativas, habiendo sido la jugadora más destacada de su equipo e integrando el equipo ideal del año con jugadoras de la talla de Makenzie Fisher, Maddie Musselman y Paige Hauschild, entre otras. Todas ellas campeonas olímpicas con la selección estadounidense.

«Para mi ha sido llegar a lo más alto a lo que se puede aspirar, a nivel particular, teniendo en cuenta que juego en un equipo de Estados Unidos, siendo extranjera”, comenta a la par que valora de manera positiva la actuación de su equipo en la competición estatal. «Ha sido mi mejor temporada en Hawaii. El equipo tenía mucho talento y hemos disfrutado mucho jugando, gracias en parte a que entre nosotras había un vínculo especial y mucha complicidad, tanto dentro como fuera del agua. Ha sido una temporada dura, pero ha merecido la pena cada vez que hemos jugado un partido, al haber podido competir contra los mejores equipos de la NCAA. Se lo hemos puesto difícil a más de uno de los grandes«, reconoce una jugadora que mientras coge fuerza ya en España marca la hoja de ruta para el próximo curso: «Sólo pienso en ganar la final de la conferencia oeste para poder participar en la NCAA». Este año se quedaron a las puertas al perder por la mínima ante un siempre competitivo UC Irvine. «Perdimos en el gol de oro, después de haber jugado dos prórrogas de tres minutos y una de muerte súbita, que se acaba en cuanto uno de los dos equipos marca. Por desgracia no fue nuestro equipo el que marcó, pero quitando ese último partido, la verdad es que la temporada fue increíble”.

Irene González durante un partido esta temporada con su equipo que se quedó a las puertas de conseguir el pase para jugar la NCAA con el resto de Conferencias / HAWAII ATHLETICS

Más allá de lo deportivo, lo cierto es que la beca le permite adquirir un porvenir desde el punto de vista académico. Concretamente la deportista esta estudiando fisioterapia. Una carrera que por lo que dice va «viento en popa». Tan sólo le queda un año para terminar los estudios. «Cuando llegue ese momento podré decir que he cumplido todos los objetivos que me marqué con mi marcha a Estados Unidos«, relata con total franqueza una jugadora que reconoce haberse implicado en todas las facetas, puesto que se considera una persona ambiciosa con las ideas muy claras.

Epicentro mundial

Llegados a este punto, hay distintos hechos a tener en cuenta para entender el porqué se considera a la Liga universitaria como la de mayor nivel del panorama internacional. Lo cierto es que todo pasa porque en ella compiten jugadoras de nivel que a posteriori juegan un papel fundamental en sus equipos nacionales, sobretodo el núcleo duro de la selección del momento: la Estados Unidos de Adam Krikorin, actual campeona de todas las competiciones a su alcance, incluyendo el Campeonato del Mundo y los Juegos Olímpicos. Muestra del nivel a título individual es que jugadoras española de la talla de Roser Tarragó o incluso las hermanas Espar hicieron sus pinitos al otro lado del charco.

Aunque todo no queda ahí. Junto a la participación de waterpolistas que marcan un antes y un después hay que sumar el alto nivel de profesionalización de los proyectos: desde los mismos entrenamientos hasta los análisis pormenorizados de todos los partidos, pasando por los entrenamientos que tienen una alta connotación física. Sin ir más lejos, en un mismo fin de semana un equipo puede llegar a jugar hasta tres encuentros. “Hay  gran número de jugadas preparadas que hay para cada situación, ya sea para hacer después de un gol, o para los tiempos muertos, o ya sea por empezar un partido. La preparación física es muy importante allí. Los entrenamientos son muy duros ya que los partidos son muy físicos y el desgaste en cada uno es enorme. Todos los partidos se preparan y analizan a un nivel muy alto, con videos, análisis de estilos de juego, de jugadoras, etc… y esa manera de entrenar y de jugar me ha dado muchísima experiencia”, confiesa González.

Pone el foco en la selección

Los conocimientos adquiridos en este tiempo han hecho que Irene se marque nuevas aspiraciones. Y estas aspiraciones pasan principalmente por abrir la puerta de la selección española. Su trayectoria a nivel internacional empezó en categorías juveniles y júnior, habiendo participado en Campeonatos de Europa y del Mudno, en los cuales siempre consiguieron medallas excepto en el Mundial celebrado en Madrid. Con la selección absoluta también ha debutado. Lo hizo en el Torneo de Portugalete, jugando después la Superfinal de Shanghai en 2016. Desde entonces se encuentra en un punto muerto. «Pasar por la selección española me ha ayudado a madurar, ya que el estar rodeada de jugadoras de tanto nivel, me ha hecho esforzarme al máximo para poder estar a la altura. Siempre ha sido una experiencia importante para mi, que espero volver a repetir en el futuro”, manifiesta.

En este sentido, González muestra sus ambiciones y pone sus cartas sobre la mesa en cuanto a lo que puede llegar en el combinado nacional, puesto que entre otras cosas reconoce tener muchas ganas e ilusión de que Miki Oca cuente con ella para próximos retos. «Me encantaría y me haría mucha ilusión estar de nuevo en la selección, y formar parte de ella otra vez. Es el objetivo máximo para cualquier jugadora, y como te decía antes, mi deseo es luchar con el equipo nacional para conseguir el máximo de títulos posibles, llegando a poder jugar, como mínimo, unas Olimpiadas”. Al menos su trayectoria en Estados Unidos le abala: tres distinciones consecutivas como ‘The Big West Player’, formar parte del All- American First Team y haber marcado 40 goles en 21 partidos disputados. Teniendo todo esto en cuenta todo esto.. ¿sería descabellado volver ver a Irene González con la selección española?

twitter-bird@jove_grada

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