Prokopfyeva y Bianconi fueron las grandes triunfadoras en la Final Four de Kinef Kirishi

El Kinef Kirishi se quitó la ‘espinita’ que tenía clavada. Cinco finales de Euro League y ningún título conseguido. Hasta esta temporada. El conjunto ruso se deshizo primero en semifinales de La Sirena CN Mataró y luego en la final del Olympiacos para alcanzar su primer gran reconocimiento continental. Y para más inri, ante su público que abarrotó tanto el viernes como el sábado la piscina ubicada en el epicentro de una localidad del óblast de Leningrado a 115 kilómetros de San Petersburgo.

Más allá del éxito del club anfitrión, tres fueron las grandes triunfadoras (a título individual) de esta Final Four. La primera Prokopfyeva, quien fue toda una pesadilla para la defensa del Mataró el pasado viernes. Hasta en cuatro ocasiones superó la internacional rusa a la portera del equipo catalán. Lo que quedó patente a lo largo de esta fase final es que el nivel de juego de su equipo depende de su estado de ánimo. Cuando Prokopfyeva apretaba los dientes, las diferencias parecían hacerse más latentes con sus rivales. Es un claro termómetro de la calidad que desplega en el agua el conjunto que preside el multimillonario Vadim Somov. En la final fue quien llevó las riendas de su equipo. Dirigió a sus compañeras y las encaminó hacia el éxito.

BIANCONI, A OTRO NIVEL

En el Olympiacos (equipo plagado de estrellas, en su mayoría en la selección griega) la tónica habitual pasa por su juego ordenado y su solidez defensiva. El ataque, que suele caracterizarse por ser certero y muy poco precipitado, se vio desvirtuado por la efectiva defensa zonal planteada por las rusas. Con algún que otro destello, la italiana Roberta Bianconi (mejor jugadora europea de 2016) estuvo neutralizada. El Kirishi tenía muy bien estudiado a su rival y el margen de error era mínimo. Ejemplo de ello es que de los seis goles del Olympiacos, ninguna vino del brazo de la italiana.

No se puede decir lo mismo de la semifinal ante el CN Sabadell, donde Bianconi, plata en los Juegos de Río 2016 se echó el equipo a su espalda sin importar el cómo, cuándo y dónde. Aunque pintaba la cosa muy negra para el Olympiacos supo rehacerse y aprovechar el conformismo de las españolas que tuvieron que ver como las helenas les ponían ante las cuerdas. Fue la italiana quien a falta de poco más de veinte segundos forzó la fatídica tanda de penaltis, donde destacó Diamantopoulou. La portera se rehizo de un mal inicio para convertirse en la gran heroína del Olympiacos. Sus dos paradas ante Neushul y Clara Espar valió nada más y nada menos que un billete para la final, donde estuvo acertada a pesar de la derrota controlando los tiempos en los momentos claves.

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