¿Cómo logró Paco Castillo cambiar el waterpolo? Una jugada maestra

Cuando se habla de jugadas que han cambiado el waterpolo, o como mínimo su reglamento, todos los que pertenecemos a este mundo recordamos la bajada de portería por parte de Francesc ‘Paco’ Castillo, portero de la selección nacional, durante el primer mundial, celebrado en la capital de la entonces Yugoslavia, Belgrado. Qué mejor que pedirle a Francesc como vivió él la jugada y que a continuación os paso, pero antes permitirme la licencia de explicar quién era Francesc Castillo. Francesc era portero surgido del CN Barcelona, con unas fantásticas cualidades, nacido en el año 1955, era hijo del también portero y árbitro internacional de waterpolo del mismo nombre y apellido.

Bien joven llegó a defender la portería de nuestra selección, era un portento. Aún recuerdo los entrenos en la histórica piscina de la Escollera, cuando “cerraba la portería” era imposible hacerle un gol. Con él bajo los palos nos habíamos permitido jugar en zona con la toda poderosa Hungría por ejemplo. Era un elegido que tuvo que competir con uno de los grandes de nuestras porterías Manolo Delgado, que al final se impuso en la lucha por ser el dueño de los tres metros de la portería de la selección. Con esta breve presentación ya doy paso a su relato de la jugada:

Belgrado, primer Campeonato del Mundo de natación, saltos y waterpolo del 1 al 9 septiembre de 1973. Partido de la primera fase Italia-España, televisado en directo. Primera vez que se usaban porterías flotantes en un campeonato. En la primera parte el portero de España, Paco Castillo detuvo un penalti. En la segunda parte, resultado 2-2, el jugador italiano D’Angello se quedó en la zona de 4 metros, sin volver a su campo para defender, dejando a su equipo con uno de menos en defensa. España perdió el balón e inmediatamente se lo pasaron a D’Angello, un tipo bastante antipático, que se quedó solo delante del portero Castillo. Apoyó su mano derecha sobre el balón a unos 3 metros de la portería, mirando al reloj de los 35 segundos, dejando avanzar el tiempo y chupando cámara, cosa que pareció que le encantaba (puso su mejor cara). Faltando ya pocos segundos para los 35, agarró el balón, amenazó varias veces y al soltarlo con toda su potencia, en una reacción desconocida hasta el momento y con muchos reflejos, agarré el travesaño de la portería y rápidamente la hundí tumbándola hacia delante, chocando el balón con la parte superior externa de la red. No fue gol. Las palabras que soltó inmediatamente D’Angello fueron ’’¡Castiglio figlio di puttana, cosa fai!’’. Y es que se quedó sin sus segundos de gloria ante las cámaras de TV. El árbitro no sabía que señalar. Detuvo el partido y fue a comentar la jugada con los representantes del estamento arbitral, y decidió señalar penalti, por ser lo más parecido a agarrarse a la portería para evitar un gol. Al día siguiente otro portero hizo lo mismo, y decidieron cambiar el reglamento señalando penalti, con expulsión definitiva y con cambio de jugador. Castillo siempre recordará la cara de tonto que se le quedó a D’Angello

Quiero recordar que esta jugada no fue del todo improvisada, puesto que el mismo Castillo y su amigo Gandolfi, portero de la selección junior italiana, dos locos del waterpolo y de la defensa de la portería, habían comentado en más de una ocasión la oportunidad de aprovechar la laguna del reglamento, puesto que era mejor jugárselo todo a un lanzamiento de 4 metros sin amenazar, que intentar parar el lanzamiento de un jugador, solo, que podía amenazar, o pero de un dos contra el portero. Bien razonado y aplicado. El waterpolo está en deuda con “sus” enamorados que le han hecho evolucionar. Por ello quiero terminar con un … gracias ‘Paco’.

@GasparVenturaM