La autoconfianza deportiva

¿Te conoces lo suficiente? ¿Sabes cuáles son tus puntos fuertes? ¿Tus fortalezas? ¿Tu pasión o aquello que haces bien? En este artículo nuestro colaborador insiste en la importancia de confiar en uno mismo

Una imagen de un partido / JOSEP ARNAU (ATELIER PHOTO)

Me levanto por la mañana antes de ir a jugar un partido y pienso voy a ver cuántos errores voy a cometer hoy, llego a la piscina y le digo al entrenador que hoy voy a fallar tres penaltis seguidos. Me parece que nadie en el mundo quiere hacer las cosas mal, cometer fallos, errores, aunque forman parte del aprendizaje porque cualquier acción es susceptible al error y que pasa con fallar, ¿es un fracaso? Si te parece lo contrario de éxito, si lo ves como la manera de obtener felicidad, si depende exclusivamente de los resultados, entonces puede ser.

Diferentes palabras

Para los anglosajones la palabra fracaso no tiene traducción, solamente comparten el error y el fallo. Será por eso porque son tan emprendedores y aprecían a los que han intentado muchas veces un negocio sin éxito porque valoran mucho más el intento, la acción. Y es que en cualquier competición solamente gana uno, con la paradoja de las grandes competiciones donde el ganador del bronce está más contento que el que consigue la plata, menudo contrasentido.

Como solamente gana uno, los restantes equipos son unos fracasados e infelices, podemos estar en calma con uno mismo y satisfechos de todo lo conseguido. Recuerdo con mucha admiración, cuando el seleccionador femenino Miki Oca, después de perder la final, iba a todas las jugadoras haciéndoles cambiar la perspectiva negativa, perder y tristeza, a una de positiva, plata y alegría. Creo que es la primera vez que vi al equipo de medalla plata estar tan contentas…esto también viene de la creencia que si estás triste es porque querías el oro…

Si las cosas las vemos así pues soy un fracaso escolar, repetí algunos cursos en mi edad adolescente, después hice lo que quise con mi vida, claro. Cuántas personas son fracasos escolares y después han hecho de su vida un motivo de admiración pública… Si nos tomamos el error como aprendizaje sin juzgarnos en negativo y creemos que depende de nuestra responsabilidad de lo que podemos hacer entonces tenemos la esperanza, clara, que lo podemos conseguir. Con esfuerzo, entendido como algo que nos cuesta, nos duele, pienso que si es algo que quieres hacer y te gusta pues la consciencia de esfuerzo es efímero.

Mucho más allá

Como ejemplo, cuando jugaba a fútbol en verano me podía pasar 5 horas sin parar, no tenía consciencia de esfuerzo aunque sudaba mucho. Ahora, el día que aprendí a esquiar, en una pista para principiantes, ponía las piernas dobladas y sacaba el trasero haciendo una fuerza horrible hacía adelante con todos los músculos agarrotados, sudando y rojo como un tomate, 10 minutos parecían 2 horas, esto si que era esfuerzo, desde aquel día cuando voy a la nieve hago largos paseos y visiono el paisaje desde el bar.

Si pensamos que el éxito se basa en los resultados y estos nos dan la felicidad, siempre querremos más sin valorar lo conseguido aunque diste del objetivo marcado. Nos creará una insatisfacción permanente que afectará directamente a nuestra confianza. En este caso esperamos que nos llegue la confianza de fuera…el entrenador confía poco en mi…y?? que vas a hacer para mejorar?? Me subo la dosis de confianza para aprender más y ser mejor y ya veremos que pasa…no podemos controlar la opinión de los demás, lo que si puedo controlar es mi entrenamiento cotidiano, lo que voy a hacer, decir y sentir, mi comportamiento, en definitiva mi actitud.

Dosis de autoconfianza

El miedo y la confianza se complementan. Si estás inseguro, te cuesta entrar en acción, tienes un poco de miedo, es así que pasa, ¿está mal visto tener miedo? Cuando te baja la confianza es porque te sube el miedo…a todos. El miedo nos alerta del peligro, está muy bien sentirlo, aunque en exceso paraliza y mucho, ya lo sabemos los que leemos esta web nos ha pasado seguro

La confianza por otro lado nos aporta coherencia, autoconocimiento, honestidad, compromiso, humildad, responsabilidad, alegría, positividad… La pregunta es: ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra autoconfianza? O dicho de otra manera, cómo me puedo generar confianza, que dependa que dependa exclusivamente de mi control. Si queremos conocernos cada día mejor, tenemos una actitud proactiva y nos basamos en hacer las cosas con respeto y sin miedo al error tenemos muchas posibilidades de conseguir nuestros objetivos y si no es así estar satisfechos de intentarlo. Veamos cuatro aspectos que podemos incidir para incrementar nuestra confianza:

  • Autoconocimiento: Me conozco lo suficiente, sé cuales son mis puntos fuertes, mis fortalezas, mi pasión, aquello que hago muy bien. Que dicen los que me rodean sobre mi? Lo pregunto.
  • Respeto: Me respeto a mi mismo, me cuido, me doy oportunidades para fallar y sobretodo me quiero porque soy único en el sentido pleno de la palabra.
  • Experiencias: Revivir situaciones de éxito personal i crear pequeños retos asequibles, nos permiten focalizarnos en la acción y por lo tanto afrontar el miedo y la incertidumbre clave para fortalecer la confianza.
  • Reconocimiento: Agradecernos todo lo bueno y positivo que tenemos y nos pasa. Y hacerlo también con los demás nos acerca a las personas, nos humaniza y nos invade una sensación de satisfacción inmensa.

En resumen, depende de nosotros que, como y cuando hacemos las cosas y también como nos afectan los errores que cometemos, por tanto si hacemos lo que nos gusta y lo hacemos bien adelante, tienes los recursos para conseguirlo.

twitter-bird@ErnestInesta

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