‘Espexit’

Después de un Campeonato de nota, al final nos dejan en las puertas. Está claro que la medalla de Plata es excelente y a nadie le amarga un dulce. En este caso ha resultado un dulce un poco amargo. Parece ser que Europa nos deja fuera en el apartado de campeones. Se nos ha atragantado y no por falta de ganas ni de intentos. Hemos demostrado que los intocables equipos bálticos nos resultan asumibles y los hemos dejado fuera de circulación. Empatamos en la primera vista con la anfitriona. Faltaba la guinda de la final y la bordamos. Estaba todo encarrilado con un juego eficaz y de alternativas ni fisuras. Han tenido que ser una vez más los dichosos penaltis los que nos dejen con la cara arrugada y como cuando jugamos a la lotería en Navidad. Confortarnos con la salud y con la clasificación conseguida para Tokio para resarcirnos de este leve percance. Lo que no se gana en el juego completo siempre me ha parecido una verdadera faena que te la juegues con los fatídicos tiros a portería jugándotelo todo como en la ruleta rusa.

Los famosos campeonatos mundiales del M-86 y Fukuoka fueros los testigos de las agonías entre dos finalistas sin contar la finalísima de los JJOO de Barcelona92. Desde luego es una imagen dantesca y ver a equipos arrastrándose a lo largo de innumerables prórrogas, da grima. Nada que discutir ,sobre todo en los tiempos actuales donde campea la consecución de logros con la mínima ausencia de sacrificio y de abnegación para conseguir algo realmente valioso. No me gustan los penalties. Por supuesto que forma parte del protocolo del juego y que los equipos deben de estar preparados para soportar esta tensión en los esfuerzos postreros. Si llegamos a marcar el último penalti, estaría diciendo que así se gana un Campeonato. La cosa es que no se nos da bien este capítulo. Ya llevamos unos cuantos Campeonatos en los que los penalties dichosos nos son esquivos. ¡No me gustan qué le voy a hacer!

Seguramente el año que ganemos por penaltis y además injustos, lo mismo me convencen. Actualmente se me queda una cara de 1000 metros cuando compruebo que todo se dirime en tan sólo un último lanzamiento de escasas milésímas, no de segundos como oigo decir. Arrollando el esfuerzo y tesón de un partido pletórico de buenas acciones y de compromiso. Nos queda esta asignatura pendiente aunque suene muy retórico. Naturalmente que en Tokio lo haremos de cine y que el trabajo de Martín y de sus hombres es un verdadero ejemplo de eficacia y buen hacer. Entre otras muchas cosas ya tenemos una tarea a superar entre otras mil para la próxima cita.

Hablar de las chicas puede ser en un pueblo como el español, en el que si pierdes todo el mundo te da la palmadita y si ganas te quita importancia con el tiempo, o lo que es peor dan por sentado que siempre se debe de ganar, empieza a ser delicada la situación de las damas. Su juego resulta tan elegante y eficaz que para el neófito o para el iluminado da la sensación que es muy sencillo. Cualquiera podría hacer estas cosas y ganar con la sencillez con la que gana un Torneo tras otro. Nada más lejos de la realidad. Cada sesión , cada segundo ,cada Período, implica un esfuerzo multiplicado por muchos ceros, ya que hay que consolidar una vez más el éxito alcanzado el día anterior. Esto no es fácil. Son conscientes que hay que ganar y además volver a ganar. Por no escatimar horas de esfuerzo en agua y gimnasio y no digo las sentadas ante la pantalla. ¡Ya no es ganar , es cómo se gana y cómo se sigue ganado a pesar de ganar!

Algún día me gustaría conocer si es que hay secreto . El brebaje que proporciona este talante de estar siempre listo, responder, a pesar de ya estar en la zona de privilegio. De saber que no hay descanso y que la superación es personal , aún más difícil. Ardua tarea que sólo se prodiga en gentes muy especiales sabedoras de sus poderes y de su responsabilidad.