‘La oficina de Kike’

El deporte está en continua evolución. No cabe duda alguna. Avances tecnológicos, mejor formación académica de los entrenadores y entrenadoras, mayor número de instalaciones e incesante investigación científica; es decir, inversión económica y profesionalización. A consecuencia de esta realidad, el análisis del partido se ha convertido en los últimos años en una herramienta elemental para el posterior estudio y evaluación del rendimiento deportivo en la mayoría de los deportes. ¿Qué significa este término? Lago (2009) lo define como la recopilación y la evaluación objetiva de eventos contextuales que ocurren durante la competición.

Fue en el verano del año 92, en su Sevilla natal, cuando vio por primera vez rodar el balón amarillo en la televisión: las Olimpiadas de Barcelona. Sin embargo, no dio sus primeros largos hasta que se desplazó a Pontevedra a estudiar INEF (la carrera de sus sueños). Hablo de Enrique García Ordóñez. Kike para los amigos y amigas. El actual Club Waterpolo Pontevedra le abrió las puertas y le dio la oportunidad de disfrutar y crecer a nivel deportivo; y posteriormente, a nivel laboral. No obstante, el gran “regalo” lo recibió a nivel personal, puesto que se convirtió en su segunda familia.

Nos conocimos en el año 2013 en el C.A.R. de Sant Cugat en una tecnificación de la federación española. Desde entonces, colegas de patio, amigos. Atento y observador. Después de leer y observar mucha bibliografía científica sobre otros deportes, se preguntó qué pasaba con el waterpolo en el juego real, en cuanto a los parámetros técnico-tácticos. “El deporte colectivo no se puede aislar si lo queremos entender, tiene muchas variables que pueden intervenir, y mi duda era como podían influir en nuestro deporte analizando todos los partidos posibles”. Estudioso y perseverante.

Precisamente, tras diversas investigaciones que efectuaron en relación al trabajo ofensivo a lo largo las temporadas 2011-2014 en la liga masculina de División de Honor, Ordóñez et al. (2015) y Pérez et al. (2016) observaron que los equipos clasificados en una mejor posición y/o los que ganaban de más de 3 goles de diferencia, eran aquellos que realizaron más contraataques y efectuaron un mayor número de lanzamientos desde las zonas más profundas del ataque [zonas 1-5-6 (posición de boya)]. Sin embargo, en caso de resultados equilibrados entre ambos rivales, era la efectividad en la superioridad numérica la que determinaba el resultado final (Pérez et al., 2016).

Asimismo, los equipos locales lograron más goles y lanzamientos de zona 5, y obtuvieron un mayor porcentaje de efectividad en el total de ataques y lanzamientos realizados (Ordóñez et al., 2015). También, García-Ordoñez et al. (2017) subrayaron que los equipos que comenzaban el 3º y 4º cuarto período ganando de más de 3 goles, ejecutaban un mayor número de contraataques y goles, en comparación con aquellos equipos que comenzaban perdiendo o con un resultado equilibrado.

Por último, Pérez et al. (2018) estudiaron las diferencias tácticas colectivas entre las temporadas 2011-2012 y 2013-2014. Así, durante la temporada 2011-2012 los equipos realizaron más ataques en igualdad y lanzamientos desde zona 3. En cambio, en la temporada 2013-2014, ejecutaron un mayor número de contraataques y lanzamientos desde zona 4 y 6. Por lo tanto, se observa que el ritmo de juego va en ascenso, al igual que la relevancia de la posición del boya. A día de hoy, sigue centrado en su carrera como docente universitario; en la investigación no solo del waterpolo, sino de otros deportes como la lucha olímpica y el remo; y continúa a pie de piscina en el Club Waterpolo Pontevedra y la Federación Gallega de Natación.

“La ciencia de hoy es la tecnología del mañana” (Edward Teller)

Pronto nuestros caminos se cruzarán, seguro.