Miguel Gil: «En el waterpolo aragonés estamos vacunados contra las situaciones difíciles»

Hablamos con toda una institución del waterpolo aragonés que ahora lidera el proyecto de la sección de waterpolo del Casablanca bajo el reto de continuar apostando por el balón amarillo en la región

Miguel Gil es toda una institución del waterpolo en Aragón debido a una trayectoria plagada de éxitos y proyectos deportivos en los que la filosofía ha pasado siempre por la de promocionar el balón amarillo y lograr el crecimiento de este deporte en la región. Hoy día es el responsable técnico de la sección de waterpolo del Casablanca que ha vivido el regreso deportivo de manera «gradual». «Estamos viviendo un paulatino aumento en el número de practicantes en nuestra especialidad. El trabajo del club para ofrecer un entorno seguro sin duda que ha aumentado la confianza de nuestras familias y nos consta que las piscinas se están erigiendo en uno de esos lugares en los que los padres «desean dejar a sus hijos«, explica a WATERPOLISTA.com Gil, quien reconoce que la pandemia ha incidido sobretodo a nivel social dentro del club, ya que mientras tanto en el plano deportivo continúan trabajando bajo estrictos protocolos.

En todo caso, la competición a nivel autonómico se esta disputando. «Debido a un rápido consenso entre la Federación y los clubes afectados se estableció un protocolo de competición claro y estricto, pero a la vez lo suficientemente amoldable a la realidad de nuestro waterpolo. Desde aquí queremos felicitar al resto de clubes por el magnífico esfuerzo que están realizando para asegurar el desarrollo de la competición. En el aspecto competitivo se decidió entre todas las partes afectadas un sistema de competición en forma de «burbuja » en cada una de las categorías. No nos queremos olvidar del estamento arbitral por su predisposición para que la competición sea realizada con seguridad», asegura el técnico maño, quien por otro lado considera que «ha quedado demostrado que los deportistas tenían muchas ganas de competir, más allá de los resultados». «La competición ha sido para los deportistas el vehículo y estímulo para la vuelta a los entrenamientos, para salir de sus rutinas y les ha creado un objetivo factible de cumplir, aumentando su autoestima. Entendemos que, si a los deportistas les sirve, el objetivo del club queda más que cumplido y se ha puesto a trabajar de manera muy seria para ofrecerles dicha realidad«, apunta.

| Aumento de las licencias

Por otro lado, Gil pone el foco en el hecho de que a lo largo de este tiempo de inestabilidad general, no han tenido un descenso de deportistas en la sección, más bien al contrario. «Hemos aumentado el número de licencias en el equipo. Esto creemos que ha sido causado por las ganas por hacer deporte, entrenar y competir, que el confinamiento y la pandemia han despertado en los niños y familias. Además, las ganas y responsabilidad de nuestro cuerpo técnico, ha sido la clave para que se de este aumento del número de deportistas. Hacemos mucho hincapié y somos escrupulosos en el cumplimiento de las normas sanitarias y protocolo del club. Esto hace que tramitamos seguridad en la práctica de este deporte a las familias y deportistas«, explica al igual que marca la hoja de ruta que pretenden llevar en cuanto a retos esta temporada tan atípica y especial: «queremos poder entrenar cada día con seguridad, facilitar la formación de nuestros técnicos y crear grupos competitivos. Luego la competición pone a cada uno en su sitio… aunque también buscamos intangibles que nos mejorarán en el futuro«, puntualiza.

Por último, Gil como gran conocedor del waterpolo de la región da su punto de vista sobre la coyuntura general: «En Aragón estamos vacunados contra las situaciones difíciles: pocos clubes que practiquen nuestra especialidad, muchas dificultades para entrenar debido a la poca lámina de agua disponible, horarios inasumibles de entrenamiento, la no existencia de piscinas públicas en la que practicar nuestro maravilloso deporte. La situación del equipo de Escuela de Waterpolo de Zaragoza (sin piscina para entrenar sus categorías inferiores) es el vivo ejemplo de esta realidad. Por otro lado, estas dificultades ponen en valor el increíble esfuerzo que hacen los entrenadores de los clubes, sus delegados, directivos y sus deportistas para dotar al waterpolo de una realidad: sus magníficos resultados en las competiciones nacionales en los últimos años. Basta con recordar las innumerables temporadas de los equipos de EWZ femenino y CN Helios masculino en Liga Nacional, el ambicioso proyecto del E.M El Olivar para ascender a Segunda División Masculina, los últimos resultados de Aragón en el Campeonato de España de FFTT y ojo con el Stadium Casablanca en las siguientes temporadas», sentencia.

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