Víctor Gil no tira la toalla

La vida está plagada de valientes. De héroes a los que la palabra imposible no es capaz de amedrentarle. Luchadores que el destino y la mala fortuna les han obligado a creer en ellos mismos como si no existiera un mañana. Víctor Gil es uno de esas perseverantes personas capaz de superar cualquier adversidad. Tras una vida entera dedicada al waterpolo, ahora continúa jugando el partido más importante. Afronta el gran desafío de su vida cargado de ilusión y con un reto entre ceja y ceja: «vivir y vivir».

Desde que por expreso deseo de su mentor Miguel Gil se puso bajo los tres palos cuando a penas era un retaco, Víctor no ha perdido nunca la ilusión por tirarse al agua y defender la portería del CN Helios, el club de su vida al que según reconoce le debe todo en el plano deportivo, pero también en el emocional. Precisamente la entidad aragonesa fue uno de sus principales pilares cuando peor lo ha pasado: Víctor ha tenido que ser intervenido hasta en dos ocasiones por un tumor cerebral que le alejó de las piscinas durante cuatro meses. Por suerte y casi contra todo pronóstico pudo incorporarse al equipo y terminar la temporada, aunque no con total normalidad. El último partido de Liga en Las Palmas ante el CN Metropole pudo jugar unos minutos. Un hecho que le generó mucha ilusión. «Fue un momento importante para mi, porque sentí el respaldo de todos mis compañeros».

Un mal momento

Desgraciadamente Víctor no pasa por su mejor momento. «Desde el último partido de Liga he pegado un bajón muy grande», confiesa el meta maño que en las últimas semanas ha vivido una fuerte recaída de la enfermedad. «La vista me ha empeorado y por momentos veo doble o borroso. Incluso estoy algo inestable con el equilibrio», relata Gil, que a pesar esta delicada situación no pierde la ilusión y se muestra bien anímicamente. Por el momento se somete de nuevo a quimioterapia intravenosa con la idea de que pueda ir levantando el vuelo poco a poco.

Esta historia de superación y determinación es un claro ejemplo para muchos. Es un claro referente de lucha en el que todos nos tenemos que fijar. Pase lo que pase a Víctor la sonrisa no se le va de la cara. Y más cuando sus más allegados están ahí mostrándole su apoyo. La pasada semana el CN Helios le entregó un premio por medio del cual le reconocía los valores que inculca a la entidad y al deporte zaragozano en general y además está nominado al Premio a los valores del deporte que entrega el periódico Heraldo. «Aunque es un placer y un orgullo estos reconocimientos, la verdad es que no me gustaría que me diesen nada de esto por el motivo que es, pero aun así esto se lo debo en parte a mis compañeros, a mis entrenadores y a mis padres», explica.

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